El presente artículo viene a intentar arrojar luz sobre un escurridizo concepto del que muy pocos conocen la verdadera magnitud, a pesar de que existe mucho escrito sobre esta materia. Desde un punto de vista de su aspecto cultural, la geometría sagrada es algo intuitivamente asociado a la arquitectura religiosa, debido a que resulta fácil distinguir ciertos patrones geométricos que se vienen repitiendo en este tipo de estructuras desde el origen de todas las religiones y culturas, eventualmente adoptados también en otro tipo de edificios públicos y privados. También se asocia esta disciplina con antiguos tratados de arquitectura, entre los que cabe destacar el de Vitrubio del siglo I a.C. Otra referencia importante la encontraremos en los escritos de Pitágoras y Platón que nos introducen al conocimiento matemático de la geometría, así como en la historia del antiguo Egipto, como refencias populares más fácilmente identificables, si bien existen rastros de este conocimiento ancestral en todas las culturas, en todas las civilizaciones y en todas las épocas históricas, prehistóricas, terrestres y extraterrestres. Es decir, la geometría parece jugar un papel de cierta trascendencia, a nada que uno investigue, que vá, por supuesto, mucho más allá de una pura aplicación religiosa que, por otra parte, nadie identifica realmente cual, cómo o para qué se ejecuta, quedando esta idea en lo abstracto y lo demagógico, cuando no en lo puramente especulativo.
Imagen de un cubo cuatridimensional o Teseracto
Resumiendo, podemos seguir el rastro y llegar a la conclusión de que sí, efectivamente, una forma de estudio y conocimiento geométrico ha sido desarrollada y ejecutada minuciosamente y parece haber requerido la atención de las más importantes figuras y pensadores de todos los tiempos, lo cual es indicativo de su gran importancia, si bien no somos capaces de alcanzar a saber dónde radica concretamente su objeto último y sagrado ni los mecanismos a través de los cuales actúa. Para poder llegar a atisbar, aunque sea de lejos, este conocimiento hemos de cambiar necesariamente nuestro modo de ver ó "punto de encaje" (en palabras de Don Juan Matus, el brujo yaqui de los libros de Castaneda) más allá de las creencias que nos limitan, si bien esto es algo realmente difícil.
Lo primero que hay que entender es que la geometría es un aspecto de la realidad, por no decir que es El aspecto de la realidad, en términos absolutos. Es decir, la geometría es el alfa y omega de la realidad manifiesta, tanto en nuestra realidad tridimensional como extradimensional. No existe nada fuera de la geometría, ni la más leve vibración puede manifestarse fuera de la geometria. Únicamente el concepto metafísico de lo absoluto inmanifiesto, el origen de todo lo que es, el Tao, la conciencia original, el potencial infinito, Dios ó como quiera denominarse a esta idea primigenia, tiene cabida al margen de la geometría, la cual no es (no puede ser otra cosa) más que un mecanismo de autoconocimiento de dicho absoluto. Ciertamente, la geometría resulta ser algo más que una peculiaridad técnica o estética de la materia ¿no os parece?
Para entender cual es el fundamento de esta afirmación es necesario plantear la naturaleza de nuestra realidad espacial tridimensional y las leyes bajo las que opera. Tengamos en cuenta que nos encontramos (nuestro nivel de conciencia, en realidad) en una dimensión muy básica, casi elemental, y que la posición de un punto en el espacio requiere la referencia a otros tres para poder ser determinado. En el origen no existe espacio ni tiempo, por tanto la expansión de la conciencia inicial requiere tres pasos también para encontrarse a sí misma. Este es el origen de toda geometría, la búsqueda del espíritu para alcanzar el autoconocimiento a través de experiencias multidimensionales. (No voy a extenderme aquí. Podeis ver los vídeos de Drunvalo, uno de los pocos conocedores reales de esta disciplina que, además, está dispuesto a compartir con todo el mundo.)
Hay que entender que todo lo que existe es geométrico y tiene un origen consciencial. Como reflejo de la conciencia original ó como reflejo del reflejo, si este primer reflejo es autoconsciente, como es el caso de los seres humanos (los humanos lo somos a un nivel bastante precario, pero lo somos), y así hasta el infinito, reflejos que se reproducen en diferentes niveles dimensinales, diferentes realidades con diferentes reglas de funcionamiento y que se extienden, asimismo, hasta el infinito en innumerables formas de expresión cuyo nexo común es la geometría. La geometría habilita la dimensión temporal que permite experimentar el movimiento de las cosas y con él aparece la luz, el sonido, la vibración, la energía... que no es más que el medio mediante el cual se habilita la experiencia relacional entre éstas y sus diferentes geometrías. Todos los niveles dimensionales coexisten simultáneamente y son holográficos. Todo esto no es esotérico, es ciencia.
Como es lógico, esta expansión de la conciencia que se manifiesta a través de la geometría no puede generarse de forma caótica o aleatoria, necesita patrones, relaciones, proporciones, un cierto orden que pueda ser re-conocido pues, sin el, la conciencia no llegaría jamás a encontrarse y se perdería dentro de sí misma. A la vez, unas estructuras con leyes estrictas tendrían unas limitaciones tales que impedirían explorar las infinitas posibilidades existentes, de modo que el "experimento" de la conciencia no tendría mucho sentido. Una inteligencia infinita ni siquiera tendría esta idea como opción. Por tanto, aparece un juego de tolerancias posibles. Pero, ¿cómo se determina el nivel de tolerancia? ¿puede establecerse o razonarse? Bueno, yo creo que sí y la experiencia nos demuestra que así funcionan las cosas.
La realidad se compone de elementos cuantificables, unidades medibles en partes enteras, objetos, cosas individuales, números racionales. Por otra parte, existe el mundo de las relaciones entre las formas, de proporciones, necesario para establecer la comparación, la afinidad, el movimiento, los números irracionales. Pero es mucho más que eso. Sabemos por la teoría de la relatividad clásica que e = mc2, es decir, que materia y energía son la misma cosa y ésta última, según la física clásica, es la capacidad de realizar un trabajo, es decir es la potencia de algo (entendiendo potencia como capacidad) y la potencia absoluta era uno de los atributos o definiciones de la conciencia suprema, el Gran Arquitecto Del Universo.
Por otro lado está el concepto de resonancia. La energía se puede transmitir, por ejemplo, por medio de un campo, un ambito espacial en que despliega sus efectos, en forma de una vibración electromagnética que puede representarse mediante una gráfica en forma de onda. Cuando una onda es excitada por otra coincidente de similar frecuencia, multiplica exponencialmente su energía, es decir, amplifica la potencialidad de todo aquello que tenga un patron de onda similar. Sabemos que toda forma genera un patron ondulatorio, una energía determinada y resuena en una cierta frecuencia. Esto tiene que ver con la estructura molecular tanto como con la forma externa misma. El ejemplo más gráfico es el diapasón. Otro ejemplo es el llamado "paso de soldado" capaz de hundir un puente por el simple efecto de la resonancia con la frecuencia de vibración natural de la estructura.
También sabemos que, dentro de la naturaleza hay relaciones recurrentes. Es decir, parece existir una aproximación entre los números racionales y los irracionales con tendencia a éstos últimos a medida que aumenta la magnitud de los primeros. El ejemplo más gráfico es la serie Fibonacci, cuya relación entre términos consecutivos tiene una especie de asíntota en el número irracional phi (1.6180339...), el número de oro o la proporción áurea, pues esta proporción tiene la cualidad de permitir el embonamiento infinito de información y energía (quien se interese en ello puede investigar los trabajos del ingeniero Dan Winter), lo mismo ocurre con el número pi para curvas circulares y con el número de Euler que, como vemos, conecta con los dos anteriores.
Además, existen una serie de relaciones o proporciones presentes en la naturaleza que derivan de la génesis de la Flor de la Vida (los números raices de 2, 3 y 5), como bien explica Drunvalo. Bueno, pues parece ser que la vida terrestre, al menos, tiene resonancia con estos números que son los creadores de armonía y orden, por lo que conocemos. Estos números son los que establecen las relaciones de tolerancia entre partes enteras, entre el orden concreto y lo abstracto, entre lo real y lo ideal y en ese juego de tolerancias se desarrolla toda la complejidad de lo vivo, o sea, de todo ya que todo está vivo en su nivel. Las geometrías fundamentales, integradas por los llamados cinco sólidos platónicos más la esfera, ademas de sus propiedades regulares de caras, arístas y ángulos iguales, tienen la propiedad de estar relacionadas o conectadas entre sí, de forma que pueden incluirse unas a otras (cubo de Metatrón) y mezclarse para formar nuevas geometrías con propiedades más complejas. Estas formas también están relacionadas con la estructura de la materia y los cristales, por lo que tienen importancia sus cualidades resonantes. Hasta aquí estamos en el terreno de lo comúmente aceptado, pero vamos a traspasar el límite de inmediato para intendar entender qué trascencencia tiene realmente la geometría sagrada respecto a cualquier otra geometría.
El atributo"sagrado" es utilizado a menudo para relacionar la geometría con la arquitectura religiosa..., si y no. También es utilizado para relacionar la geometria con las propiedades matemáticas de la naturaleza y la cualidad de sostenibilidad de los edificios que operan con ella..., si y no. También es asociado a la cualidad elemental de su forma pura y "divina"..., si y no. La verdadera cualidad de la geometría sagrada es su actividad vital, por decirlo de algún modo. Hay determinadas formas que tienen "vida propia", así es. De ahi que existan "simples" símbolos que generan ondas de forma con efectos concretos y medibles, es decir existen formas vivas, por decirlo así, y formas muertas o, mejor dicho, fomas capaces de transmitir y acumular información, como ocurre con los cristales, por ejemplo el cuarzo y el agua y otras que no actúan así. En principio, cualquier forma, material o cosa es susceptible de vincularse con una información concreta y emitirá esa información, como un símbolo sagrado o un objeto ritual, por ejemplo el trisquel o el Sri Yantra por un lado y una máscara o un muñeco de vudú, por otro. La información se transmite mediante el pensamiento y se fija ó materializa a través del sonido ó la palabra (recordad los primeros versos del Génesis).
Existe toda una "tecnología" de rituales para conseguir esto. Pero hay más, es posible crear geometrías virtuales vivas ( a nivel etérico ) con funciones personalizadas y, de hecho, la arquitectura sagrada utiliza ámbos recursos, los físicos tridimensionales y los extradimensionales y el secreto, tal vez, radica en la resonancia o afinidad entre ambos mundos. Una curiosidad en este sentido, para a quellas personas sensibles para ver auras y energías sutiles (en realidad, cualquiera puede con el entrenamiento adecuado) es que una arquitectura sagrada derruida o en ruinas, muchas veces conserva su estructura etérica original, la cual es visible, lo cual indica que no existe una vinculación, al menos directa, entre la parte física y la etérica. Tal vez se refuerzan una a otra o se estabilizan, tal vez, la estructura etérica contribuye a equilibrar y sustentar la parte física en aquellas estructuras casi imposibles, como son las catedrales góticas. La parte física no necesita estar activa para sustentarse pero la parte etérica si requiere una codificación o programación y una fuente de energía para mantenerse viva, de ahí los rituales. Una vez estabilizada y consolidada, la estructura etérica puede permanecer durante mucho tiempo si está vinculada a una fuente que la sustente.
Ahora entramos en el terreno de la geomancia. Los espacios sagrados tienen cualidades energéticas excepcionales, por regla general, sobre todo los anteriores al Siglo XVII (quien quiera, que investigue; os dejo una página con abundante información ). En ellos las redes geomagnéticas terrestres parecen no tener los efectos perjudiciales sobre la salud que tienen fuera de ellos, por un lado, y disponen, casí sin excepción, de uno o más vórtices energéticos, generalmente asociados a cruces importantes de lineas Hartman y/o Curry sobre venas de agua, coincidiendo generalmente con el lugar que ocupa el oficiante tras el altar y, en cualquiera de los casos, siempre en un lugar importante de la iglesia, bien sea frente a la imagen de un Cristo o Patrón/a, en el púlpito, en la pila bautismal o junto al agua bendita. Este último hecho me lleva a pensar (con permiso del maestro Epifanio) que los vórtices han sido activados expresamente en esos lugares y no que la construcción entera ha sido dimensionada y dispuesta de forma que unos vórtices naturales se aprovechen mejor. Además, puede que se utilice un cruce de redes sobre vena de agua para activar un vórtice pero no necesariamente necesitaba estar en esa posición antes que el edificio. Si bien es cierto que muchos edificios religiosos se han construido unos sobre otros para aprovechar sus vórtices y cualidades energéticas, esto tampoco demuestra que estuvieran ahí desde siempre sino que, simplemente, pudieron ser activados en una época anterior.
Tetragramaton sobre la Estrella de David y las tres energías esenciales en el centro, pater, mater et filii ó acción, reacción, neutralización ó tésis, antítesis, síntesis, etc...
Símbolo de la Masonería con el G.A.D.U. central ¿ Les suena, compañeros ?
Emblema del Colegio de Arquitectos
Emblema del Colegio de Arquitectos
Como vemos, La Masonería se ha erigido tradicionalmente como "guardiana" del conocimiento. Si observamos su simbología vemos el esquema de la estructura etérica del octaedro, en perfecto equilibrio, bajo los símbolos de la plomada y el compás, con una más que evidente referencia al conocimiento egipcio. Los herederos de este conocimiento a través de los maestros constructores han sido tradicionalmente los Aparejadores, más tarde llamados Arquitectos Técnicos y, hoy, Ingenieros de Edificación (hablamos de España, país de larga tradición Masónica). Si observamos bien, algo ha cambiado en la simbología, lo cual indica que también ha desaparecido la clave del conocimiento aunque se conserven los mismos símbolos. Cuando llegamos a los Arquitectos, la mitad del conocimiento ha desaparecido y aparece la rosa. La arquitectura contemporánea ha perdido claramente el rumbo, dando prioridad a lo estético mal entendido y se ha convertido en una disciplina gastronómica, como evidencia su simbología, ensimismada y ajena al verdadero conocimiento.
Concluyendo. La geometría sagrada tiene cualidades resonanates que permiten amplificar o sintonizar ciertas energías asociadas a beneficios vitales. La geometría sagrada canaliza y neutraliza efectos adversos de las energías geomagnéticas terrestres. La geometría es sagrada porque está viva literalmente y no por otra razón. La geometría sagrada puede construirse de forma física o étérica, en cuyo caso requiere de un ritual y una fuente de alimentación. Si se vincula a un vórtice permanecerá activa mucho tiempo. La geometría sagrada se puede programar con funciones específicas y concretas (masculinas = hemisferio izquierdo) o generales (femeninas = hemisferio derecho). Idealmente, la forma física debería alcanzar resonancia con la etérica en una especie de simbiosis energética estabilizadora.