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domingo, 21 de abril de 2013

ARQUITECTURA INTEGRATIVA PRÁCTICA I: ESCOGIENDO EL BUEN SITIO

Si, como suele decirse, una imagen vale más que mil palabras no es menos cierto que un ejemplo puede valer más que mil teorías. De nada sirve acumular conocimientos e información si no aplicamos las leyes de la distribución para que esa información pueda ser útil a otros. La energía debe fluir y para ello debemos alimentar el ciclo sagrado de dar y recibir. Por esta misma razón, esta información circula con la intención de alimentar los espíritus inquietos de aquellos que realmente buscan algo para mejorar el mundo a su alrededor y no se trata de un conocimiento que debe ser acumulado para uno mismo. Esto no es banal ni gratuito.

Dicen los que saben que no es lo mismo predicar que dar trigo. Yo estoy de acuerdo. Poner una teoría en práctica, cuando esta procede de fuentes muy variadas y dispersas entraña un gran riesgo, el riesgo de caer en la contradicción durante el proceso necesario de síntesis pues, no todas estas fuentes, coinciden en sus fundamentos y podría ser ciertamente aventurado pretender hallar el nexo común fundamental que las unifique bajo los principios de la ARQUITECTURA INTEGRATIVA. Sin embargo, eso pretendo. El lector inteligente deberá no perderse en las palabras y atender al fondo de las cosas, pues existe un metalenguaje que trasciende lo aparente. Así fué siempre y así debe ser.


Cuando iniciamos un proyecto siempre partimos de una información que actúa como punto de ignición del proceso creativo. En un paralelismos metafísico hablaríamos de la mónada, el punto o centro del que surgirá, de forma expansiva, un despliegue de intenciones y reflejos que se retroalimenten contínuamente en materialidades cada vez más complejas y concretas, exactamente igual que ocurre con la creación del Universo y el célebre Big Bang ya que, como reflejos de la luz divina que somos, tendemos a actuar según los mismos patrones que el Creador para producir nuestras pequeñas creaciones.

En este caso, buscamos una localización natural adecuada a un proyecto de enfoque ambientalista cuyo programa se concretará y desarrollará más adelante dependiendo, entre otras cosas, de aquello que hayamos encontrado. Por tanto, partimos de una idea con cierta flexibilidad lo cual es importante pues, aquello que es demasiado rígido, se vuelve a menudo frágil y quebradizo.

Después de rastrear una amplia zona, consultar catastros, ortofotos y cartografías varias, se han seleccionado una serie de fincas que reúnen las condiciones deseadas de las cuales, tras las visitas oportunas, hemos escogido la definitiva por reunir las mejores posibles. Se trata de una parcela rústica de algo más de una hectárea, situada en Suelo No Urbanizable de Especial Protección Forestal, de acuerdo con la denominación específica del Plano de Clasificación del Suelo de las Normas Urbanisticas Locales, que no vienen al caso. Este emplazamiento presenta una serie de restricciones e inconvenientes en cuanto a la tramitación administrativa que deberemos salvar, si bien es teóricamente viable debido a las especiales características del proyecto. No se hará mención al proceso adminsitrativo más allá de este breve apunte, sin embargo, dentro de un análisis sistémico, debe ser considerado como un factor importante capaz de condicionar fuertemente el sistema general.

En primer lugar, estudiamos las condiciones orográficas y naturales tratando de reunir el máximo de beneficios y el mínimo de inconvenientes. Resulta de gran importancia enfocar la intención de búsqueda en un objetivo concreto de forma previa al proceso práctico de búsqueda. Este esfuerzo va a fraguar una imagen mental que debe ser mantenida con una emoción positiva. Esta imagen se irá cargando de matices a medida que entremos en contacto con imágenes reales y establecerá un vínculo subconsciente con el objetivo que nos permitirá reconocerlo porque, de realizar este proceso correctamente, seremos llevados al lugar adecuado como un imán y deberemos estar preparados para reconocerlo. Esto, normalmente, no ocurrirá a la primera, así que debemos tener paciencia y no perder la imagen que perseguimos. Es importante entender que no estamos solos en esto, que nuestra intención afecta a la realidad y que es conveniente saber movilizar energías que nos sean favorables. La identificación de un lugar es una oportunidad única para conectar con aquello que es mas grande que nosotros.
En nuestro caso, habíamos creado una imagen arquetípica previa basada en la tradición china del Feng Shui. El objetivo de este arte milenario es establecer las condiciones más favorables para el adecuado flujo de las energías y mejorar la calidad de las mismas. No es nada despreciable el fundamento de estos principios que se materializan en operaciones aparentemente muy simples, si bien no menos efectivas. Es fundamental, sin embargo, profundizar en su comprensión y asimilación para incorporarlos a nuestro sentido perceptivo de una forma más intuitiva y menos dogmática. Esto nos permitirá interpretar la realidad del medio de una forma más directa y eficaz, al tiempo que podremos introducir alteraciones y correcciones conscientemente sin por ello perjudicar la calidad de las energías del lugar. Este dato es importante, ya que no siempre encontraremos las condiciones ideales y deberemos reconocer cuando se puede actuar, introduciendo las correcciones necesarias, y cuando debemos descartar una opción, por muy a tiro que se ponga. 


Sin entrar en analizar el simbolismo del FS, el lugar deberá encontrarse orientado al mediodía, preferentemente, con una ligera pendiente descendente, despejado al frente, con una visión profunda del horizonte y manteniendo una posición ligeramente elevada, no deberá hayarse en el fondo de un valle y, en la medida de lo posible, debería disponer de un arroyo de agua clara en las inmediaciones o que cruce frente al edificio. Estará flanqueado por cinco animales simbólicos asociados a los cinco elementos de la Medicina Tradicional China, que son los siguientes. Al este, dragón verde (los puntos cardinales se invierten en el hemisferio sur), norte, tortuga negra y oeste, tigre blanco. Esto es, la edificación deberá disponer de sendas protecciones, al modo de los brazos y respaldo de un confortable sofá. Esta imagen gráfica nos ayudará a asimilar la idea fácilmente. Estos elementos de protección pueden ser desde una roca, un árbol o conjunto de ellos, una montaña o colina o cualquier accidente orográfico asimilable. Si no existen, habrá que crearlos y deberemos evitar alterar excesivamente esta configuración para no obligarnos a realizar correcciones posteriormente. Al sur, a los pies de la edificación, nos encontramos con la serpiente amarilla que simboliza la tierra y más allá de ésta, el Ave Fenix rojo, simbolo del fuego y, como el sol, renace cada día. ëste último podría estar materializado por una colina o un paisaje al fondo, en el horizonte.

Con esta configuración, nos hayaremos bien anclados a la tierra, en un terreno favorable para el jardín o la huerta, con una visión despejada al frente, orientado al mediodía, de donde recibiremos la energía del sol que activa nuestro organismo físico, armoniza nuestro campo emocional y favorece el funcionamiento de la mente al eliminar obstáculos. La montaña a la espalda, cubierta de espeso pinar, nos protege del viento frío del norte durante el invierno y aporta frescor en las tardes veraniegas, al descender el aire frío, más pesado, entre la vegetación. El agua corriendo libremente activa la energía pránica o chi del lugar, cargando el aire de iones negativos, sumamente beneficiosos para la salud. Del mismo modo, nos encontramos protegidos por elevaciones montañosas al oeste y al este que actúan como armonizadores del chi, equilibrando el Yin y el Yang respectivamente.


A continuación mostramos, sobre una imagen de satélite, el encaje de estos elementos y la localización de la parcela en el centro, marcada con x. Como puede comprobarse, el emplazamiento cumple con las condiciones de buen sitio, desde el punto de vista del Feng Shui, al menos, en lo que a la superficie se refiere. Al este y oeste dos montes protegen a cierta distancia y un tercero, más alto, al norte a espaldas de la edificación. El efecto se ve reforzado por la masa de arboles en forma de "U" que circunda la finca reforzando la protección inicial. Al sur, sin embargo, el terreno con suave pendiente descendente, flanqueado por sendos arroyos de montaña con un caudal aceptable y dos pequeños embalses. Por este motivo no será necesario hacer correcciones en principio, salvo que nos encontremos con alguna geopatía grave.


El siguiente paso consistirá en hacer una exhaustiva toma de datos sobre el terreno a nivel radiestésico y reflejarlo todo sobre un plano topográfico.


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