Tras una pequeña pausa, reanudamos esta serie de artículos con un enfoque que incentive la reflexión. Intento humildemente hacer un llamado al sentido interno del lector inteligente, sin pretender establecer dogma alguno. Ahí vamos...
El fenómeno de la Arquitectura como Arte ha evolucionado tradicionalmente al amparo del poder, fundamental y esencialmente religioso y, de forma paralela, político y económico. Hemos comentado en anteriores ocasiones que el origen de esta disciplina, ya en la era megalítica, fué impulsado por necesidades de orden ceremonial o mágico relacionadas con eventos de tipo cósmico.
Si el hombre antiguo dió tanta importancia a los eventos celestes, en un estado de evolución que, se supone, requería dedicación y atención casi exclusiva a asuntos tan mundanos como la supervivencia, debió ser porque obtendría algún beneficio en dicha tarea, y éste no sería irrelevante sino en relación proporcional a importancia que se le daba (pura lógica). Tengamos en cuenta que se trata de un hombre primitivo en cuanto a intelectualidad, recién aparecido en la escala evolutiva, como civilización o cultura, con un fuerte instinto enfocado en priorizar asuntos inmediatos ó prácticos y que nadie se dedicaría a mover cientos de toneladas de roca, sin medios tecnológicos y, simplemente, por capricho o para hacer deporte.
El fenómeno de la Arquitectura como Arte ha evolucionado tradicionalmente al amparo del poder, fundamental y esencialmente religioso y, de forma paralela, político y económico. Hemos comentado en anteriores ocasiones que el origen de esta disciplina, ya en la era megalítica, fué impulsado por necesidades de orden ceremonial o mágico relacionadas con eventos de tipo cósmico.
Si el hombre antiguo dió tanta importancia a los eventos celestes, en un estado de evolución que, se supone, requería dedicación y atención casi exclusiva a asuntos tan mundanos como la supervivencia, debió ser porque obtendría algún beneficio en dicha tarea, y éste no sería irrelevante sino en relación proporcional a importancia que se le daba (pura lógica). Tengamos en cuenta que se trata de un hombre primitivo en cuanto a intelectualidad, recién aparecido en la escala evolutiva, como civilización o cultura, con un fuerte instinto enfocado en priorizar asuntos inmediatos ó prácticos y que nadie se dedicaría a mover cientos de toneladas de roca, sin medios tecnológicos y, simplemente, por capricho o para hacer deporte.
En otro orden de cosas, llamamos "ciencia" al intento racional de interpretar la naturaleza y extraer leyes acerca de su funcionamiento, de forma que seamos capaces de reproducir a voluntad ciertos fenómenos. Sabemos que la ciencia no avanza linealmente, sino a saltos o escalones. Cuando se agota un escalón se produce una crisis y, simplemente, damos el paso al escalón superior. Estos escalones reciben el nombre de paradigma, el cual queda definido como un sistema de creencias que actúa a nivel contextual en un espacio-tiempo específico. Es decir, un paradigma establece como dogma aquello que está generalmente aceptado por la comunidad científica, de modo que cualquier desarrollo científico debe establecerse dentro de los límites de dicho contexto. La mayor parte del estamento científico se pliega a las restricciones de contexto paradigmático vigente y cada vez que un investigador explora o atraviesa sus límites en busca de la verdad obtiene como respuesta la oposición frontal del stablishment y es persuadido, por activa y por pasiva, para que desista en su empeño. Pero la Verdad no solo es algo simplemente atractivo para el ser humano sino que podemos considerar que su búsqueda es el leitmotiv o argumento recursivo intrínseco a la propia genética y, por tanto, un impulso difícil de vencer, sobre todo, para quien es capaz de intuir que lo que busca se encuentra más allá de los límites establecidos.
Dichos transgresores tienen dos destinos alternativamente, o caen en el descrédito junto con sus investigaciones y son defenestrados por la comunidad científica (N. Tesla, W. Reich, etc) o sus descubrimientos producen un impacto de tal calibre que alcanzan fama y prestigio, premios Nobel o cosas por el estilo, bajo el "amparo paternalista" del stablisment, que es quien controla en última instancia los términos y limitaciones del dogma científico imperante. Esta y no otra es la razón por la que, mientras unos científicos trabajan en teorías avanzadas y se desarrollan investigaciones multimillonarias en ciertos ámbitos, que contemplan aspectos como los campos atractores en las dinámicas no lineales, como la Teoría del Caos, la multidimensianalidad del universo, las super cuerdas, la energía del campo o punto cero, la influencia de la conciencia sobre la realidad material y su carácter holográfico, etc, a los efectos oficiales y educativos, incluso a nivel universitario, seguimos instalados en los límites del clásico Paradigma Newtoniano, que tiene 300 años. Todos los primeros, podríamos decir, que están "autorizados" para poder "pensar fuera de la caja" con la aquiescencia del Sistema, mientras que el resto debe desenvolverse dentro de los límites del "corral", la cerca conceptual que establece el Dogma, así que todo permanece en orden y bajo control. Los mecanismos necesarios para conseguir mantener estable la situación anterior podrían superar nuestra imaginación, ya que todo el proceso descrito debe parecer algo normal y difícilmente lo haría si no se pusiera mucho, mucho, empeño en conseguirlo. Aquí lo dejamos, ya que la conspiranoia no es el tema de este blog y, además, es un asunto finalmente irrelevante. por otro lado, no es mi intención convencer a nadie. Si esto no te resuena, simplemente, no pierdas el tiempo.
Lo que sí nos interesa es entender que provocar un cambio de Paradigma exige algo más que la simple pasividad ante aquello que carece de realidad objetiva, por mucho que el resto del mundo siquiera se cuestione este hecho. Una vez que descubras, por tí mismo, el engaño en cualquier aspecto de la realidad aparente (aunque resulte algo inquietante y descorazonador), podrás decidir aceptarlo o no. Normalmente ocurre que, cuando hay un peso excesivamente descompensado en un extremo de la balanza (hablamos de dogmas y paradigmas) se produce una crisis, el retén que mantenía estable la situación queda desbordado y todo salta por los aires (aparentemente) volviendo a la estabilidad de un nuevo Paradigma, contexto o sistema de creencias. Esto es así porque tal cosa como un Paradigma no es algo dinámico sino estático, de modo que, en cierto modo, requiere menos energía negar la realidad (no lineal), es decir imponer un sistema de control, que actuar mediante la revisión y actualización continua de todo lo que conocemos para adaptarnos al cambio continuo de dicha realidad, dado que tal es su condición natural.
Tal vez, la nueva información que recibimos continuamente requiera de una nueva herramienta que permita procesarla. Esta herramienta no puede ser intelectual, racional o analítica, es decir lineal, sino que debe trascender la razón porque la razón está limitada por la capacidad de procesamiento del cerebro. Se trata de una cuestión evolutiva, sin más, el punto donde todo lo antiguo ya no encaja ni tiene sentido conservar. Llamemos a esta nueva función no lineal, estado de intuición o conciencia ampliada, una cualidad que permita el discernimiento operativo y directo de la realidad sin necesidad de la operación analítica racional. Dicha herramienta existe y está disponible en cada uno en función de su nivel de conciencia, siendo su dominio la materia básica del trabajo de los INICIADOS en misterios de todas las épocas.
La diferencia o, como dicen los expertos en marketing, la "ventana de oportunidad" que puede habilitar el cambio de Paradigma a nivel global es la resonancia del nivel de conciencia colectivo o nivel medio que, en contra de lo que ocurría hasta no hace mucho, según parece (así lo afirman reputados nombres de la ciencia espiritual y la conciencia, como el Dr. D.R.Hawkins), ahora supera cierto valor crítico que nos permite, ya en este momento, dar este salto con seguridad. Más que un cambio de Paradigma se trata realmente de un cambio de Escala, en realidad, si bien eso no importa. Lo que nos debe ocupar, entonces, es la necesidad de coordinar atención e intención en el flujo hacia el cambio interno, ya que la realidad aparente no es más que lo que proyectamos hacia el exterior de nosotros mismos según confirma, casualmente, la ciencia física más avanzada. ¡Hagámoslo cambiar!
Leonardo da Vinci y Miguel Ángel
Volviendo a la Arquitectura, después de esta reflexión sobre los sistemas de creencias y su poca relación con la realidad objetiva. El terreno de la Arquitectura no puede sustraerse del contexto global del resto de disciplinas o materias, ya que constituye uno de sus ingredientes principales. Si bien es cierto que siempre ha existido un desarrollo paralelo de conocimientos, de contenido más elevado y oculto, sus frutos han servido de inspiración, muestrario de recursos técnicos o artísticos, espejo en que finalmente se ha querido reflejar el resto de la sociedad. En esta última etapa (siglos ha) debido a la decadente especulación a que aquél conocimiento elevado se fue sometiendo (y a la que sigue sometido, en sus aspectos visibles), hemos dejado de recibir el influjo purificador de la esencia arquitectónica producida, casi, por decreto divino o inspiración cósmica, podríamos decir. Lo más auténtico de esta esencia permanece mudo, latente y silencioso, como la semilla en otoño a la espera de que el nuevo Paradigma haga su aparición.
Paralelamente, la disciplina arquitectónica se ha banalizado, degenerando a tal punto, que se encumbra como maestros a arquitectos de ego exaltado, que basan el "prestigio" que colma su vano orgullo en la superior ignorancia, desconocimiento e incultura de los clientes titulares de sus grandes cuentas. La mayor exuberancia y despilfarro en actuaciones para la galería, que nada tienen que ver con el noble arte de la arquitectura, son la expresión de una profunda crisis de valores, aquella que, tradicionalmente, acompaña los finales de ciclo, preparando la Falla que dejará unas cenizas de las que habrá de surgir lo nuevo.
Realmente, resulta casi obsceno, irritante y descorazonador, el desperdicio de talento que vertemos al servicio de una imaginería ausente de contenido sustancial. Pura forma o caparazón, superficialidad exacerbada, abuso tecnológico, despilfarro insostenible, espectáculo de taberna para las masas, frivolidad chabacana con objetivos mediáticos al estilo de Gran Hermano, mala arquitectura, en resumidas cuentas. Basura elaborada por mentes brillantes. Pero, no solo se trata de eso, sino de la sutil perversión del sistema de creencias que activa la puesta en valor de tales actuaciones. Sabemos, desde Jung, que existe un inconsciente colectivo, una especie de archivo global de la mente humana que acumula información de nuestras experiencias emocionales y pensamientos (todos y cada uno de ellos) y sincroniza aquellos aspectos más estadísticamente relevantes para generar contextos de significado que actúan como campos atractores para la realidad. No es una teoría, es pura física cuántica comprobada experimentalmente, la demostración del postulado "lo que crees, creas" o, lo que es igual, el sistema de creencias funciona como un campo atractor inconsciente que condensa la energía mental en una realidad sintonizada a cada instante para crear el mundo tal como la mayoría de las personas creen.
La constatación de este hecho sería realmente deprimente, si fuera tan literal como se ha expuesto anteriormente. Es decir, bastaría con dominar los medios de comunicación de masas, TV, emisiones radiofónicas, cine, prensa, etc, para controlar el sistema de creencias colectivo y, con él como herramienta, producir literalemente una realidad ad hoc al servicio de intereses Particulares. Realidad colectiva Vs intereses particulares. ¿Les suena esto de algo? Ciertamente debería, porque así ha funcionado el mundo durante mucho, mucho tiempo. Pero ¿Cual es la buena noticia? ¡Esto es un desastre! ¿O, no?
En realidad, y esto es algo que The Big Brother no puede manejar, los campos atractores que contribuyen a configurar el sistema de creencias ó Paradigma, vinculado a la materialización de la realidad, no reciben la misma energía de cada ser humano. Es decir, no se trata de un sistema democrático (lo que demostraría que Dios no es demócrata, pero eso es otro cantar), sino que se asigna a cada individuo una capacidad de crear que es proporcional a su nivel de conciencia. En realidad, no se trata de la capacidad de crear, en sí misma, sino del control sobre las creaciones, ya que dicho control debe ir parejo a un nivel de responsabilidad sobre lo creado. Todo el mundo co-crea constantemente lo que sucede a su alrededor y es únicamente la falta de control sobre las creaciones lo que genera la ilusión de aleatoriedad. A medida que el nivel o medida de conciencia se incrementa linealmente, la energía de esta conciencia aumenta de forma exponencial y, cuanto mayor es la energía, mayor materialidad es capaz de producir de forma consciente. Pura cuántica, pura relatividad.
Si consideramos que la evolución de la conciencia se dirige hacia la integración del ser con la totalidad, tal como nos cuentan todas las tradiciones espirituales presentes y pasadas, deberemos aceptar que la abarcabilidad es una cualidad o atributo definitivo, tanto del nuevo paradigma como de la nueva arquitectura, donde los atributos de carácter temporal vinculados a las modas carecerían de sentido y, consecuentemente, todo argumento que rinda culto al espectáculo en sí mismo debería ser rechazado por anacrónico. Las modas actuales que dirigen la vanguardia del diseño arquitectónico deben dejar paso a la ciencia de la conciencia arquitectónica como arte-técnica total e integrativo cuyas leyes, una vez aplicadas, sean capaces de producir valores objetivos. ¿Por qué? Porque siempre ha sido la conciencia y no la tecnología la que ha producido avances y cambios de paradigma en la humanidad, siendo la segunda una consecuencia de la primera. Porque, cuando la tecnología avanza de forma forzada y antinatural, como ahora ocurre, la conciencia colectiva debe forzar su desarrollo evolutivo para evitar el colapso de la civilización y, puesto que dicha evolución es un proceso natural que lleva su propio ritmo, se requiere la introducción de energías individuales de alto potencial en la masa humana, energías que contribuyan a elevar la vibración de la conciencia colectiva por encima del punto crítico y... todo ello ocurre dentro de la perfecta danza de la creación.
Tal es la explicación, a mi entender más plausible, a la masiva aparición en las últimas décadas de seres humanos con capacidades extraordinarias, como los denominados "índigo" o "cristal", y es la prueba de que nos encontramos involucrados en un proceso evolutivo "forzado" en el que lo más importante, no es que haya buenos y malos, lo cual son términos relativos, sino que el propio hecho por sí mismo parece adquirir trascendencia en un contexto mayor al nuestro inmediato. Basta tomar conciencia de este detalle para adquirir inmediatamente la responsabilidad consecuente, dado que el desarrollo de la conciencia colectiva constituye la suma de sus partes individuales, por lo que somos protagonistas en primera persona y delegar o descargar dicha responsabilidad en otros sería algo inmaduro.
Veamos, con sentido común.
¿Debería un edificio tener la forma de un montón de chatarra, la forma de un animal, una piedra o cualquier otro objeto solo porque es técnicamente posible hacerlo ó, tal vez, la forma arquitectónica debiera resultar de un mayor y armonioso compromiso entre concepto, sostenibilidad y eficiencia?
¿Acaso no es la febril búsqueda de novedades externas un síntoma evidente de la ausencia de valores internos, una verdadera patología del alma humana?
Cada acción que acometemos contribuye al desarrollo o involución de lo colectivo. Por tanto, cuanto mayor nivel de conciencia sea proyectado sobre dichos actos, mayor contribución haremos al proceso global y mayor beneficio obtendremos, consecuentemente. Al alejar nuestras decisiones de las influencias publicitarias, de las modas y del pensamiento dirigido, las costumbres o las opiniones y buscar los valores objetivos de forma individual y consciente, persiguiendo la coherencia interna de las cosas, estamos aportando luz a nuestro proceso individual y colectivo. Un pequeño movimiento a nivel individual puede provocar un gran cambio a escala global, pero el camino individual requiere apartarse de la corriente y atravesar ciertas dificultades, como peaje por la libertad de elegir, y muchos prefieren permanecer en el estado de sueño.
El camino de la evolución es un camino de compromiso que necesita apoyo y por ello nacieron las diferentes formas de escuelas iniciáticas y de misterios en la antigüedad, los trabajos grupales y los maestros, de hecho, las grandes obras catedralicias del medievo florecieron y se desarrollaron al amparo de este sistema, con gran éxito, al unificar ciencia y experiencia en un contexto de sabiduría ancestral.
Hoy día, afortunadamente, tenemos el camino más fácil gracias a la cantidad de información disponible y a los medios de contraste o chequeo que nos permiten testar objetivamente cada una de nuestras decisiones. Procedimientos al alcance de la mayoría y que únicamente requieren adquirir ciertas destrezas prácticas que permitan tener suficiente fiabilidad sobre los resultados obtenidos. Se trata de procedimientos tan antíguos como la kinesiología, la radiestesia, los pulsos, el acceso a la realidad no ordinaria o los registros akáshicos, el inconsciente colectivo o la mente superior, como quiera llamarse, entre otros, pero también modernos como el apoyo de las nuevas tecnologías de la información (la que nos permite comunicarnos ahora), ya que todos ellos permiten establecer puentes con el campo del inconsciente y, a través de él, "descargar" información relevante del "sistema" colectivo, de una forma que nos permita disponer de criterios objetivos como guía de nuestros actos. Si bien es necesario contar con de una buena guía en este camino, uno puede convertirse en autodidacta y elegir la forma de acometerlo. Quien ha iniciado su camino entiende esto, para mayor gloria del Gran Arquitecto.
¿Cual es el camino? El camino es la búsqueda. Todo aquel que busca, haya y todo aquel que no busca, simplemente, desperdicia su vida durmiendo.
Wilheim Reich
Dichos transgresores tienen dos destinos alternativamente, o caen en el descrédito junto con sus investigaciones y son defenestrados por la comunidad científica (N. Tesla, W. Reich, etc) o sus descubrimientos producen un impacto de tal calibre que alcanzan fama y prestigio, premios Nobel o cosas por el estilo, bajo el "amparo paternalista" del stablisment, que es quien controla en última instancia los términos y limitaciones del dogma científico imperante. Esta y no otra es la razón por la que, mientras unos científicos trabajan en teorías avanzadas y se desarrollan investigaciones multimillonarias en ciertos ámbitos, que contemplan aspectos como los campos atractores en las dinámicas no lineales, como la Teoría del Caos, la multidimensianalidad del universo, las super cuerdas, la energía del campo o punto cero, la influencia de la conciencia sobre la realidad material y su carácter holográfico, etc, a los efectos oficiales y educativos, incluso a nivel universitario, seguimos instalados en los límites del clásico Paradigma Newtoniano, que tiene 300 años. Todos los primeros, podríamos decir, que están "autorizados" para poder "pensar fuera de la caja" con la aquiescencia del Sistema, mientras que el resto debe desenvolverse dentro de los límites del "corral", la cerca conceptual que establece el Dogma, así que todo permanece en orden y bajo control. Los mecanismos necesarios para conseguir mantener estable la situación anterior podrían superar nuestra imaginación, ya que todo el proceso descrito debe parecer algo normal y difícilmente lo haría si no se pusiera mucho, mucho, empeño en conseguirlo. Aquí lo dejamos, ya que la conspiranoia no es el tema de este blog y, además, es un asunto finalmente irrelevante. por otro lado, no es mi intención convencer a nadie. Si esto no te resuena, simplemente, no pierdas el tiempo.
Nikola Tesla
Lo que sí nos interesa es entender que provocar un cambio de Paradigma exige algo más que la simple pasividad ante aquello que carece de realidad objetiva, por mucho que el resto del mundo siquiera se cuestione este hecho. Una vez que descubras, por tí mismo, el engaño en cualquier aspecto de la realidad aparente (aunque resulte algo inquietante y descorazonador), podrás decidir aceptarlo o no. Normalmente ocurre que, cuando hay un peso excesivamente descompensado en un extremo de la balanza (hablamos de dogmas y paradigmas) se produce una crisis, el retén que mantenía estable la situación queda desbordado y todo salta por los aires (aparentemente) volviendo a la estabilidad de un nuevo Paradigma, contexto o sistema de creencias. Esto es así porque tal cosa como un Paradigma no es algo dinámico sino estático, de modo que, en cierto modo, requiere menos energía negar la realidad (no lineal), es decir imponer un sistema de control, que actuar mediante la revisión y actualización continua de todo lo que conocemos para adaptarnos al cambio continuo de dicha realidad, dado que tal es su condición natural.
Tal vez, la nueva información que recibimos continuamente requiera de una nueva herramienta que permita procesarla. Esta herramienta no puede ser intelectual, racional o analítica, es decir lineal, sino que debe trascender la razón porque la razón está limitada por la capacidad de procesamiento del cerebro. Se trata de una cuestión evolutiva, sin más, el punto donde todo lo antiguo ya no encaja ni tiene sentido conservar. Llamemos a esta nueva función no lineal, estado de intuición o conciencia ampliada, una cualidad que permita el discernimiento operativo y directo de la realidad sin necesidad de la operación analítica racional. Dicha herramienta existe y está disponible en cada uno en función de su nivel de conciencia, siendo su dominio la materia básica del trabajo de los INICIADOS en misterios de todas las épocas.
Sir Francis Bacon
La diferencia o, como dicen los expertos en marketing, la "ventana de oportunidad" que puede habilitar el cambio de Paradigma a nivel global es la resonancia del nivel de conciencia colectivo o nivel medio que, en contra de lo que ocurría hasta no hace mucho, según parece (así lo afirman reputados nombres de la ciencia espiritual y la conciencia, como el Dr. D.R.Hawkins), ahora supera cierto valor crítico que nos permite, ya en este momento, dar este salto con seguridad. Más que un cambio de Paradigma se trata realmente de un cambio de Escala, en realidad, si bien eso no importa. Lo que nos debe ocupar, entonces, es la necesidad de coordinar atención e intención en el flujo hacia el cambio interno, ya que la realidad aparente no es más que lo que proyectamos hacia el exterior de nosotros mismos según confirma, casualmente, la ciencia física más avanzada. ¡Hagámoslo cambiar!
Leonardo da Vinci y Miguel Ángel
Volviendo a la Arquitectura, después de esta reflexión sobre los sistemas de creencias y su poca relación con la realidad objetiva. El terreno de la Arquitectura no puede sustraerse del contexto global del resto de disciplinas o materias, ya que constituye uno de sus ingredientes principales. Si bien es cierto que siempre ha existido un desarrollo paralelo de conocimientos, de contenido más elevado y oculto, sus frutos han servido de inspiración, muestrario de recursos técnicos o artísticos, espejo en que finalmente se ha querido reflejar el resto de la sociedad. En esta última etapa (siglos ha) debido a la decadente especulación a que aquél conocimiento elevado se fue sometiendo (y a la que sigue sometido, en sus aspectos visibles), hemos dejado de recibir el influjo purificador de la esencia arquitectónica producida, casi, por decreto divino o inspiración cósmica, podríamos decir. Lo más auténtico de esta esencia permanece mudo, latente y silencioso, como la semilla en otoño a la espera de que el nuevo Paradigma haga su aparición.
Frank Gehry y la sociedad del espectáculo
Paralelamente, la disciplina arquitectónica se ha banalizado, degenerando a tal punto, que se encumbra como maestros a arquitectos de ego exaltado, que basan el "prestigio" que colma su vano orgullo en la superior ignorancia, desconocimiento e incultura de los clientes titulares de sus grandes cuentas. La mayor exuberancia y despilfarro en actuaciones para la galería, que nada tienen que ver con el noble arte de la arquitectura, son la expresión de una profunda crisis de valores, aquella que, tradicionalmente, acompaña los finales de ciclo, preparando la Falla que dejará unas cenizas de las que habrá de surgir lo nuevo.
La constatación de este hecho sería realmente deprimente, si fuera tan literal como se ha expuesto anteriormente. Es decir, bastaría con dominar los medios de comunicación de masas, TV, emisiones radiofónicas, cine, prensa, etc, para controlar el sistema de creencias colectivo y, con él como herramienta, producir literalemente una realidad ad hoc al servicio de intereses Particulares. Realidad colectiva Vs intereses particulares. ¿Les suena esto de algo? Ciertamente debería, porque así ha funcionado el mundo durante mucho, mucho tiempo. Pero ¿Cual es la buena noticia? ¡Esto es un desastre! ¿O, no?
En realidad, y esto es algo que The Big Brother no puede manejar, los campos atractores que contribuyen a configurar el sistema de creencias ó Paradigma, vinculado a la materialización de la realidad, no reciben la misma energía de cada ser humano. Es decir, no se trata de un sistema democrático (lo que demostraría que Dios no es demócrata, pero eso es otro cantar), sino que se asigna a cada individuo una capacidad de crear que es proporcional a su nivel de conciencia. En realidad, no se trata de la capacidad de crear, en sí misma, sino del control sobre las creaciones, ya que dicho control debe ir parejo a un nivel de responsabilidad sobre lo creado. Todo el mundo co-crea constantemente lo que sucede a su alrededor y es únicamente la falta de control sobre las creaciones lo que genera la ilusión de aleatoriedad. A medida que el nivel o medida de conciencia se incrementa linealmente, la energía de esta conciencia aumenta de forma exponencial y, cuanto mayor es la energía, mayor materialidad es capaz de producir de forma consciente. Pura cuántica, pura relatividad.
Si consideramos que la evolución de la conciencia se dirige hacia la integración del ser con la totalidad, tal como nos cuentan todas las tradiciones espirituales presentes y pasadas, deberemos aceptar que la abarcabilidad es una cualidad o atributo definitivo, tanto del nuevo paradigma como de la nueva arquitectura, donde los atributos de carácter temporal vinculados a las modas carecerían de sentido y, consecuentemente, todo argumento que rinda culto al espectáculo en sí mismo debería ser rechazado por anacrónico. Las modas actuales que dirigen la vanguardia del diseño arquitectónico deben dejar paso a la ciencia de la conciencia arquitectónica como arte-técnica total e integrativo cuyas leyes, una vez aplicadas, sean capaces de producir valores objetivos. ¿Por qué? Porque siempre ha sido la conciencia y no la tecnología la que ha producido avances y cambios de paradigma en la humanidad, siendo la segunda una consecuencia de la primera. Porque, cuando la tecnología avanza de forma forzada y antinatural, como ahora ocurre, la conciencia colectiva debe forzar su desarrollo evolutivo para evitar el colapso de la civilización y, puesto que dicha evolución es un proceso natural que lleva su propio ritmo, se requiere la introducción de energías individuales de alto potencial en la masa humana, energías que contribuyan a elevar la vibración de la conciencia colectiva por encima del punto crítico y... todo ello ocurre dentro de la perfecta danza de la creación.
Tal es la explicación, a mi entender más plausible, a la masiva aparición en las últimas décadas de seres humanos con capacidades extraordinarias, como los denominados "índigo" o "cristal", y es la prueba de que nos encontramos involucrados en un proceso evolutivo "forzado" en el que lo más importante, no es que haya buenos y malos, lo cual son términos relativos, sino que el propio hecho por sí mismo parece adquirir trascendencia en un contexto mayor al nuestro inmediato. Basta tomar conciencia de este detalle para adquirir inmediatamente la responsabilidad consecuente, dado que el desarrollo de la conciencia colectiva constituye la suma de sus partes individuales, por lo que somos protagonistas en primera persona y delegar o descargar dicha responsabilidad en otros sería algo inmaduro.
Veamos, con sentido común.
¿Debería un edificio tener la forma de un montón de chatarra, la forma de un animal, una piedra o cualquier otro objeto solo porque es técnicamente posible hacerlo ó, tal vez, la forma arquitectónica debiera resultar de un mayor y armonioso compromiso entre concepto, sostenibilidad y eficiencia?
¿Acaso no es la febril búsqueda de novedades externas un síntoma evidente de la ausencia de valores internos, una verdadera patología del alma humana?
Cada acción que acometemos contribuye al desarrollo o involución de lo colectivo. Por tanto, cuanto mayor nivel de conciencia sea proyectado sobre dichos actos, mayor contribución haremos al proceso global y mayor beneficio obtendremos, consecuentemente. Al alejar nuestras decisiones de las influencias publicitarias, de las modas y del pensamiento dirigido, las costumbres o las opiniones y buscar los valores objetivos de forma individual y consciente, persiguiendo la coherencia interna de las cosas, estamos aportando luz a nuestro proceso individual y colectivo. Un pequeño movimiento a nivel individual puede provocar un gran cambio a escala global, pero el camino individual requiere apartarse de la corriente y atravesar ciertas dificultades, como peaje por la libertad de elegir, y muchos prefieren permanecer en el estado de sueño.
El camino de la evolución es un camino de compromiso que necesita apoyo y por ello nacieron las diferentes formas de escuelas iniciáticas y de misterios en la antigüedad, los trabajos grupales y los maestros, de hecho, las grandes obras catedralicias del medievo florecieron y se desarrollaron al amparo de este sistema, con gran éxito, al unificar ciencia y experiencia en un contexto de sabiduría ancestral.
Hoy día, afortunadamente, tenemos el camino más fácil gracias a la cantidad de información disponible y a los medios de contraste o chequeo que nos permiten testar objetivamente cada una de nuestras decisiones. Procedimientos al alcance de la mayoría y que únicamente requieren adquirir ciertas destrezas prácticas que permitan tener suficiente fiabilidad sobre los resultados obtenidos. Se trata de procedimientos tan antíguos como la kinesiología, la radiestesia, los pulsos, el acceso a la realidad no ordinaria o los registros akáshicos, el inconsciente colectivo o la mente superior, como quiera llamarse, entre otros, pero también modernos como el apoyo de las nuevas tecnologías de la información (la que nos permite comunicarnos ahora), ya que todos ellos permiten establecer puentes con el campo del inconsciente y, a través de él, "descargar" información relevante del "sistema" colectivo, de una forma que nos permita disponer de criterios objetivos como guía de nuestros actos. Si bien es necesario contar con de una buena guía en este camino, uno puede convertirse en autodidacta y elegir la forma de acometerlo. Quien ha iniciado su camino entiende esto, para mayor gloria del Gran Arquitecto.
¿Cual es el camino? El camino es la búsqueda. Todo aquel que busca, haya y todo aquel que no busca, simplemente, desperdicia su vida durmiendo.