Si realizamos un análisis de los modelos arquitectónicos vigentes podemos comprobar que el concepto de edificación no ha evolucionado durante siglos. Es cierto que las tecnologías y la industria lo han hecho, aunque sería motivo de discusión el precio que se paga por ello pero, claramente, los principios básicos del diseño y la edificación siguen siendo clásicos en el sentido histórico del término. La elevada tecnificación y las computadoras no han reportado avances significativos de fondo, aunque sí formales o aparentes, a una Arquitectura cada vez más separada de su objeto al igual que ocurre con el resto de sistemas del modelo de "negocio" actual. Afortunadamente, existe información y recursos suficientes para revertir esta situación y plantear las bases de un nuevo modelo que cumpla con las expectativas.
El movimiento de la conciencia colectiva ya está en marcha y muchas personas en todo el mundo están tomando partido de forma activa. Tal vez, incluso desde una visión puramente mercantilista, esta realidad represente un nuevo y creciente nicho de oportunidades, contando con la Tierra como socio principal.
A pesar de ciertas inercias que aún soportan al modelo actual, a medida que el foco de atención empiece a gravitar en torno a la solución deseada se deben ir disolviendo los retenes del cambio. Esto va a ocurrir de forma progresiva y continua. Para ver con mejor perspectiva, resulta esencial distanciarse del problema y ser capaz de observar la globalidad, reiniciar el debate desde el principio y volver a construir sobre mejores cimientos. Dado que el tema excede las pretensiones de este post únicamente planteo unos apuntes de lo que, en mi modesta opinión, deberían ser los fundamenteos a revisar así como los modelos de los que aprender y la metodología apropiada que, por cierto, ya vienen desarrollándose con éxito en diferentes partes del mundo. No se trata, por tanto, de inventar nada sino de canalizar las soluciones que están mejor orientadas y convertirlas en modelos de actuación.
Lo primero a considerar es el concepto de sistema, una entidad, conjunto u objeto compuesto por partes relacionadas entre sí mediante una serie de propiedades comunes. Los sistemas pueden ser abiertos o cerrados (aquellos que no interaccionan con otros agentes situados fuera de ellos). La causa principal de los problemas que padecemos, entre los que se encuentra la arquitectura, radica en considerar los sistemas como cerrados y limitar la gestión de los mismos al control de unos pocos parámetros, lo cual impide valorar el problema en su conjunto. Lo cierto es que, en realidad, los sistemas cerrados NO existen en la naturaleza. El enfoque sistémico consiste en identificar y relacionar aquellas propiedades comunes a los diferentes sistemas que intervienen, teniendo en consideración que un componente puede pertenecer a varios sistemas diferentes y que, dentro de cada sistema, dicho componente se comportará de una forma diferente en relación con el conjunto. La arquitectura, dentro de este enfoque, se puede econsiderar como un gran sistema que engloba a otros menores y que, a su vez, se encuentra como componente de un sistema social mayor que lo comprende. Al mismos tiempo los diferentes sistemas sociales suelen comprender sistemas arquitectónicos singulares y se encuentran inscritos, a su vez, en un sistema de mayor tamaño. Todo, dentro y fuera de los sistemas, está relacionado, todo es interdependiente, no se puede actuar sobre una parte sin afectar al todo.
La característica perseguida dentro del sistema, en el caso de la arquitectura, es la autopoiesis, término adaptado de la biología que determina la capacidad de un sistema para sostenerse a sí mismo en relacion de acoplamiento y complementariedad con el ambiente que lo rodea, el entorno y los sistemas interdependientes. Este concepto tiene que ver con la resiliencia ó capacidad de absorber y asimilar perturbaciones en las condiciones de su entorno y la homeostasis o capacidad de reacción y autoregulación interna de los parámetros del sistema para mantener el equilibrio. Por tanto, consideramos que la arquitectura es un sistema dinámico que funciona al servicio de un sistema vivo y, por tanto, forma parte del mismo por lo que le son extensibles los principios anteriores aplicados a los sistemas biológicos y no puede ser considerada, en ningún caso, como un sistema cerrado e inerte.
Los parámetros que intervienen realmente en la arquitectura, dentro de esta nueva perspectiva, son tan complejos que únicamente desde una visión global e integrativa podrán ser abarcados. La "transformación" de la complejidad en simplicidad es una condición natural que se establece para mantener el equilibrio armónico en los sistemas vivos. Por ejemplo, un sistema será más estable cuanto mayor sea su independencia de otros sistemas y será más sostenible cuanto menor cantidad de energía se consuma en su producción y funcionamiento. Estos son principios fundamentales que los modelos arquitectónico y urbanístico vigentes no consideran en absoluto, por lo que son, ya en este momento, inviables a pesar de la inercia que arrastran.
En sucesivos post, se irán planteando propuestas y reflexiones para iniciar los movimientos dirigidos al cambio.
La característica perseguida dentro del sistema, en el caso de la arquitectura, es la autopoiesis, término adaptado de la biología que determina la capacidad de un sistema para sostenerse a sí mismo en relacion de acoplamiento y complementariedad con el ambiente que lo rodea, el entorno y los sistemas interdependientes. Este concepto tiene que ver con la resiliencia ó capacidad de absorber y asimilar perturbaciones en las condiciones de su entorno y la homeostasis o capacidad de reacción y autoregulación interna de los parámetros del sistema para mantener el equilibrio. Por tanto, consideramos que la arquitectura es un sistema dinámico que funciona al servicio de un sistema vivo y, por tanto, forma parte del mismo por lo que le son extensibles los principios anteriores aplicados a los sistemas biológicos y no puede ser considerada, en ningún caso, como un sistema cerrado e inerte.
Los parámetros que intervienen realmente en la arquitectura, dentro de esta nueva perspectiva, son tan complejos que únicamente desde una visión global e integrativa podrán ser abarcados. La "transformación" de la complejidad en simplicidad es una condición natural que se establece para mantener el equilibrio armónico en los sistemas vivos. Por ejemplo, un sistema será más estable cuanto mayor sea su independencia de otros sistemas y será más sostenible cuanto menor cantidad de energía se consuma en su producción y funcionamiento. Estos son principios fundamentales que los modelos arquitectónico y urbanístico vigentes no consideran en absoluto, por lo que son, ya en este momento, inviables a pesar de la inercia que arrastran.
En sucesivos post, se irán planteando propuestas y reflexiones para iniciar los movimientos dirigidos al cambio.
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