Voy a intentar agrupar, en las siguientes líneas, ideas y conceptos que se han comentado anteriormente por separado, intentando ofrecer una visión de las partes dentro del conjunto. El motivo que impulsa este artículo no es otro que la reciente tramitación de la "Ley de semillas" en el Parlamento Europeo por la que se prioriza el uso de transgénicos y PROHIBE EL USO DE SEMILLAS NATURALES lo que tenderá a convertirse en delito y, si no, al tiempo. Esta iniciativa viene acompañada de otra no menos preocupante, como es la privatización mundial del recurso básico para la vida, el agua.
Se hace urgente, cada vez más, desprenderse de las nocivas programaciones a que hemos sido sometidos y que condicionan tremendamente la forma de actuar y de pensar la realidad, al punto de impedir que la conciencia individual intervenga en absoluto en ninguna de nuestras decisiones. Desde mi perspectiva particular, no puedo dar crédito al comprobar de qué manera la mayoría de las personas asumen sin pestañear ciertos atentados contra su integridad como seres humanos, contra derechos inalienables. Ciertamente, me siento insultado por tanta complacencia, al parecer inevitable. Estoy seguro que hasta una manada de borregos harían frente a un enemigo si fueran conscientes de que su supervivencia depende de enfrentarse al mismo. De este modo, tal vez, descubrirían que el león no es tan fiero como lo pintan, literalmente. Os invito a ver el siguiente vídeo y os reto a contestar a la consecuente pregunta.
La Permacultura viene a colación porque es un METASISTEMA cuya comprensión es suficiente para inducir una desprogramación efectiva, al menos, el tiempo suficiente para tomar de nuevo las riendas de nuestras decisiones mientras esto ocurre.
La raiz del problema se encuentra en en modelo económico mundial, un modelo invasivo de implantación global que denominamos coloquialmente EL SISTEMA, basado en la priorización del CAPITAL como único objetivo legítimo. Cualquier objeción al sistema solo es permitida en cuanto puede ser controlada y manipulada en su propio beneficio. Es fundamental comprender que esto que llamamos "el sistema" no es, en realidad, tal cosa como un modelo o estructura de relaciones comerciales o intercambio internacional de bienes y servicios, nada de eso. EL SISTEMA ES UN PROCESO y ¿qué es un proceso? me quedo con la siguiente definición...
Por cierto... ¿quien es Bill Gates?
Se hace urgente, cada vez más, desprenderse de las nocivas programaciones a que hemos sido sometidos y que condicionan tremendamente la forma de actuar y de pensar la realidad, al punto de impedir que la conciencia individual intervenga en absoluto en ninguna de nuestras decisiones. Desde mi perspectiva particular, no puedo dar crédito al comprobar de qué manera la mayoría de las personas asumen sin pestañear ciertos atentados contra su integridad como seres humanos, contra derechos inalienables. Ciertamente, me siento insultado por tanta complacencia, al parecer inevitable. Estoy seguro que hasta una manada de borregos harían frente a un enemigo si fueran conscientes de que su supervivencia depende de enfrentarse al mismo. De este modo, tal vez, descubrirían que el león no es tan fiero como lo pintan, literalmente. Os invito a ver el siguiente vídeo y os reto a contestar a la consecuente pregunta.
¿Sería posible que alguien no defendiera sus derechos vitales de no haber sido programado para actuar de esa manera?
La Permacultura viene a colación porque es un METASISTEMA cuya comprensión es suficiente para inducir una desprogramación efectiva, al menos, el tiempo suficiente para tomar de nuevo las riendas de nuestras decisiones mientras esto ocurre.
La raiz del problema se encuentra en en modelo económico mundial, un modelo invasivo de implantación global que denominamos coloquialmente EL SISTEMA, basado en la priorización del CAPITAL como único objetivo legítimo. Cualquier objeción al sistema solo es permitida en cuanto puede ser controlada y manipulada en su propio beneficio. Es fundamental comprender que esto que llamamos "el sistema" no es, en realidad, tal cosa como un modelo o estructura de relaciones comerciales o intercambio internacional de bienes y servicios, nada de eso. EL SISTEMA ES UN PROCESO y ¿qué es un proceso? me quedo con la siguiente definición...
"... un proceso es una sucesión de tareas, que tienen como origen unas entradas y como fin unas salidas.
El objetivo del proceso es aportar valor en cada etapa. Pero… ¿Valor a
quien? Muy fácil, valor para el cliente. Si tenemos un proceso que no
añade valor, debemos eliminarlo, siempre y cuando sea posible."
Este "sistema", como vemos tiene un origen y un final, un objetivo, pero ¿cual es el OBJETIVO de nuestro sistema? No seamos crédulos, sino analíticos. El neoliberalismo, cuyas tesis impulsan este proceso con su amigable compañera de camino, la llamada GLOBALIZACION, tiene como único objetivo la CONCENTRACIÓN. Todos podemos comprobar a diario como se avanza en la dirección de esta concentración (que ya aventuró Karl Marx, hace casi cien años), cómo se crean conflictos artificiales por el control estratégico de las diferentes regiones del globo y los recursos del planeta acompañados de campañas publicitarias al estilo de Hollybood. Solo añadir, para no ser muy cansino, que todo proceso de concentración termina inevitablemente de una sola forma, en un vértice, en un poder único y total sobre todo lo demás, en el control absoluto de todo y de todos. Por poner un ejemplo bastante gráfico, se trata de una versión extendida del juego del MONOPOLY. Tal vez, alguien conozca las reglas y el PROCESO de este juego y lo que ocurre cuando uno gana... ¿qué ocurre? ¿se diferencia mucho de nuestro "sistema"?
Otra pregunta molesta ¿es posible convivir dentro del sistema sin estar absolutamente sometido a sus imposiciones? Mi opinión es que SÍ, al menos, de momento. La clave para ello es alcanzar un nivel de independencia suficiente. Sigamos leyendo...
El núcleo central de la Permacultura es de carácter ético. En él entramos nosotros mismos y nuestros hermanos hasta alcanzar a la humanidad en su conjunto. También entra nuestro entorno, el ambiente terrestre en el que se desarrolla nuestra vida y que debemos considerar un hermano más, junto con todos sus elementos integrantes pues, sin él, las relaciones con nuestros congéneres no tienen razón de ser. En este entorno ¿que podemos hacer? Lo único que podemos hacer es preservar, cuidar a nuestros semejantes y nuestro entorno, por un lado, e intercambiar energías con ellos, es decir, dar y recibir, en definitiva, compartir ( En un símil geométrico, estaríamos hablando de las energías cósmicas que emanan de las relaciones matemáticas en el pentágono y el exágono, casualmente o no tanto, la misma que forman las moléculas que unen las hebras del ADN ). Estos fundamentos son simples y comprensibles para cualquiera y, todo lo demás, procede de ellos, de ahí su importancia. Veamos que cualquier otro tipo de relación entre los actores presentados anteriormente deviene del todo inviable o, cuanto menos, indeseable y, nótese también en que situación se encuentra nuestro paradigma vigente con respecto a estos ideales para deducir que hay algo que no cuadra. En realidad, la forma en que estos ideales se llevan a la práctica es menos importante que el fondo que es, ó debría ser, nuestro punto en el horizonte.
¿Que ocurre a partir de aquí? Con la visión anterior en el punto de mira, deberemos combinar principios ecológicos, es decir conservativos, con principios operativos, es decir expansivos, en un perfecto equilibrio. De esta marena se materializan las tres fuerzas de acción, reacción, neutralización en sus diferentes formas de manifestación. Utilizaré un guión de los muchos existentes para desarrollar esto (quiero decir que todos valen y ninguno, depende de la interpretación de cada cual). Pero, hablemos de arquitectura.
La primera acción que acometemos es la observación de la naturaleza. De esta observación deduciremos las leyes con que la naturaleza actúa y establece el equilibrio perfecto. Aquí entran las condiciones climáticas, la constitución del suelo y las rocas, la vegetación, las estaciones del año, el sol, las mareas,... de todo ello aprendemos a cómo relacionarnos sin alterar el equilibrio existente, utilizando lo que necesitamos y devolviendo lo que nos sobra en condiciones que puedan ser aprovechadas por otros. También aprendemos las leyes físicas, astrológicas, biológicas, geológicas, etc, que operan en la naturaleza. Depurando mucho este conocimiento podemos alcanzar el saber alquímico, reduciendo los elementos de la naturaleza a sus cuatro básicos, fuego, tierra, agua y aire y sus relaciones a razones matemáticas, es decir, geometría. Pero esto último no se alcanza sino como culminación de un proceso del que no pueden saltarse los pasos previos.
El siguiente paso es captar y almacenar energía. La energía es un bien básico abundante y disponible, igual que el agua. Lo único que hay que hacer es establecer procedimientos eficaces adaptados a las condiciones del lugar. En realidad, actualmente podríamos ser absolutamente independientes de las grandes compañias de suministro de energía y este sería un buen camino para recuperar nuestro poder de actuación y decisión. Por tanto este es un factor determinante en nuestro camino pues nos libera de estar atados a una compañia que nos factura cada mes por algo que debería ser gratis.Una vivienda normal puede autoabastecerse de agua con una precipitación anual de 200 mm/m2, incluyendo el riego de la huerta, con un uso racional del recurso. Esto supone que podremos construir una vivienda sostenible y autosuficiente, prácticamente, en cualquier parte.
Otro de nuestros objetivos, no menos importante, es obtener un rendimiento. Hemos hablado del ciclo sagrado de dar y recibir. No solamente es lícito sino necesario establecer una relación productiva de intercambio con nuestro entorno. La clave es la ecología (que no tiene nada que ver con el ecologismo), es decir, el equilibrio entre lo que tomamos y lo que aportamos de forma que exista un beneficio mutuo de dicho intercambio, ya sea en términos de sostenibilidad para el medio ambiente o de relaciones comerciales. Para ello deberemos aplicar autoregulación y aceptar retroalimentación, de forma que nuestro sistema permita establecer los mecanismos "automáticos" para mantener su eficacia.
Una condición para la puesta en marcha del mecanismo anterior es usar y valorar los servicios y recursos naturales así como no producir desperdicios. Si reflexionamos bien sobre esta condición, veremos que lleva implícita una nueva cuota de libertad añadida a nuestro escudo de independencia. Es decir, si somos capaces de gestionar adecuadamente los recursos naturales disponibles y, en aplicación de la autoregulación propuesta, somos capaces de establecer una relación ecológica con nuestro entorno no produciendo desperdicios, estaremos evitando nuevamente estar sometidos a un servicio que merme nuestros recursos. Para ello es imprescindible una buena educación ambiental que se debería impartir desde la infancia, puesto que hemos sido "educados" para ser dependientes de un sistema que pretende controlar todos nuestros posibles movimientos y acciones.
El proceso de diseño debe realizarse desde los patrones hacia los detalles. Es decir, existen unos condicionantes previos a todo proyecto que están por encima de la imagen. Normalmente, la imagen resultante, si es eficiente, tendrá mucho más que ver con estas presuposiciones que con la perseguida idealmente. Debemos abandonar toda tendencia a generar imágenes espectaculares como objetivo. La arquitectura debe estar al servicio del fin social que la obliga y no al contrario. Además el establecer ciertas condiciones a priori también facilita mucho la toma de decisiones en cuanto al diseño, pues nos sentiremos avalados en ellas por la coherencia con el objetivo primero, cosa que no puede defender quien prioriza ó sólo vive para el espectáculo.
Para trabajar eficazmente en la dirección propuesta existe un principio básico que es el lema de este blog, integrar más que segregar. La arquitectura no puede abstraerse de la información beneficiosa que aportan ciertas disciplinas para considerar únicamente aspectos parciales en función de objetivos de diseño o, simplemente, ignorar de forma perezosa aquellos conocimientos que benefician el resultado del proyecto por la simple razón de que nos complican la vida a la hora de trabajar. Esto es una grave irresponsabilidad. Existen multitud de especialidades sumamente eficientes por sus aportaciones al diseño que actualmente son denostadas en beneficio de aquellas otras banalidades, como el cumplimiento de una absurda multiplicidad de normativas absolutamente prescindibles. En realidad las condiciones técnicas exigibles a una buena arquitectura se podrían resumir en unas pocas palabras y parámetros, tales como humedad, temperatura y calidad del aire, ausencia de contaminación ambiental y electromagnética, captación y distribución de todo tipo de energías, gestión del agua y los resíduos, condiciones energéticas del emplazamiento y los materiales empleados, solidez y poco más.
En el camino hacia el éxito en nuestra misión está el método de usar soluciones lentas y pequeñas. Por ejemplo, una propuesta viable a considerar es la que nos plantea slow energy. El acometer pequeños objetivos al alcance de la mano no nos hace perder eficacia, al contrario, permite ir afianzando, consolidando y ganando solvencia en el resultado final sin grandes saltos ni riesgos. A medida que nos vamos familiarizando con este sistema, podremos avanzar más deprisa y con pasos seguros pero, inicialmente deberemos resolver localmente apoyados en las líneas que nos proponen las condiciones de partida. En realidad, siempre ha de existir un feedback contínuo entre el concepto general y lo concreto pero, la solución del detalle debe prevalecer en beneficio del resultado del diseño global. El concepto del tiempo debe ser adaptado a lo presente, priorizando el disfrute de lo pequeño, de cada paso. Cuando este efecto ha sido considerado, el resultado adquiere un gran peso específico pues la energía del creador se mantiene en cada pequeña cosa.
Finalmente, existen tres corolarios o principios que debemos considerar en beneficio de un proyecto permacultural e integrativo. Estos son
Usar y valorar la diversidad. Debe potenciarse el encuentro con nuevos matices de la realidad en lugar de restringirnos a lo conocido y acotado. Esta es una forma de ensanchar los límites de lo posible además de permitir integrar todo aquello que en un principio aparenta pertenecer a un rango diferente pero que puede integrarse en nuestra vida de forma enriquecedora. La naturaleza ama la diversidad y nosotros debemos potenciar a la naturaleza actuando del mismo modo, en la medida de lo posible.
Usar los bordes y valorar lo marginal. Este aspecto tiene que ver con lo anterior pero con un matiz. Aquí se está hablando del concepto de límite. Existe un espacio marginal en que "acontece" el límite, sin que éste ocupe un lugar definido. Jugar con este concepto permite establecer un contacto con lo natural, a donde se transita desde lo artificial con una gradación lenta que favorece la intergración de lo construido. Interior y exterior se suceden en una gradación progresiva, no abrupta. Así las zonas cercanas a los límites compartirán elementos propios de ambos mundos.
Usar y responder creativamente al cambio. Aceptar el cambio, no como algo inevitable, sino como un ingrediente esencial de la dinámica natural, permite encontrarnos en disposición de responder a las pequeñas o grandes variaciones graduales que se establecen en función de las diferentes épocas del año, de los movimientos naturales y del crecimiento de las cosas. Integrar la naturaleza supone convivir con el cambio porque todo está en contínuo movimiento.
Como resumen, este documento para niños tal vez enseñe algo a los mayores. Que lo disfruten.
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