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martes, 25 de junio de 2013

ARQUITECTURA INTEGRATIVA Y PERMACULTURA.

Voy a intentar agrupar, en las siguientes líneas, ideas y conceptos que se han comentado anteriormente por separado, intentando ofrecer una visión de las partes dentro del conjunto. El motivo que impulsa este artículo no es otro que la reciente tramitación de la "Ley de semillas" en el Parlamento Europeo por la que se prioriza el uso de transgénicos y PROHIBE EL USO DE SEMILLAS NATURALES lo que tenderá a convertirse en delito y, si no, al tiempo. Esta iniciativa viene acompañada de otra no menos preocupante, como es la privatización mundial del recurso básico para la vida, el agua.
 

Por cierto... ¿quien es Bill Gates?

Se hace urgente, cada vez más, desprenderse de las nocivas programaciones a que hemos sido sometidos y que condicionan tremendamente la forma de actuar y de pensar la realidad, al punto de impedir que la conciencia individual intervenga en absoluto en ninguna de nuestras decisiones. Desde mi perspectiva particular, no puedo dar crédito al comprobar de qué manera la mayoría de las personas asumen sin pestañear ciertos atentados contra su integridad como seres humanos, contra derechos inalienables. Ciertamente, me siento insultado por tanta complacencia, al parecer inevitable. Estoy seguro que hasta una manada de borregos harían frente a un enemigo si fueran conscientes de que su supervivencia depende de enfrentarse al mismo. De este modo, tal vez, descubrirían que el león no es tan fiero como lo pintan, literalmente. Os invito a ver el siguiente vídeo y os reto a contestar a la consecuente pregunta.


¿Sería posible que alguien no defendiera sus derechos vitales de no haber sido programado para actuar de esa manera?

La Permacultura viene a colación porque es un METASISTEMA cuya comprensión es suficiente para inducir una desprogramación efectiva, al menos, el tiempo suficiente para tomar de nuevo las riendas de nuestras decisiones mientras esto ocurre.

La raiz del problema se encuentra en en modelo económico mundial, un modelo invasivo de implantación global que denominamos coloquialmente EL SISTEMA, basado en la priorización del CAPITAL como único objetivo legítimo. Cualquier objeción al sistema solo es permitida en cuanto puede ser controlada y manipulada en su propio beneficio. Es fundamental comprender que esto que llamamos "el sistema" no es, en realidad, tal cosa como un modelo o estructura de relaciones comerciales o intercambio internacional de bienes y servicios, nada de eso. EL SISTEMA ES UN PROCESO y ¿qué es un proceso? me quedo con la siguiente definición...

"... un proceso es una sucesión de tareas, que tienen como origen unas entradas y como fin unas salidas. El objetivo del proceso es aportar valor en cada etapa. Pero… ¿Valor a quien? Muy fácil, valor para el cliente. Si tenemos un proceso que no añade valor, debemos eliminarlo, siempre y cuando sea posible."

Este "sistema", como vemos tiene un origen y un final, un objetivo, pero ¿cual es el OBJETIVO de nuestro sistema? No seamos crédulos, sino analíticos. El neoliberalismo, cuyas tesis impulsan este proceso con su amigable compañera de camino, la llamada GLOBALIZACION, tiene como único objetivo la CONCENTRACIÓN. Todos podemos comprobar a diario como se avanza en la dirección de esta concentración (que ya aventuró Karl Marx, hace casi cien años), cómo se crean conflictos artificiales por el control estratégico de las diferentes regiones del globo y los recursos del planeta acompañados de campañas publicitarias al estilo de Hollybood. Solo añadir, para no ser muy cansino, que todo proceso de concentración termina inevitablemente de una sola forma, en un vértice, en un poder único y total sobre todo lo demás, en el control absoluto de todo y de todos. Por poner un ejemplo bastante gráfico, se trata de una versión extendida del juego del MONOPOLY. Tal vez, alguien conozca las reglas y el PROCESO de este juego y lo que ocurre cuando uno gana... ¿qué ocurre? ¿se diferencia mucho de nuestro "sistema"?


Otra pregunta molesta ¿es posible convivir dentro del sistema sin estar absolutamente sometido a sus imposiciones? Mi opinión es que SÍ, al menos, de momento. La clave para ello es alcanzar un nivel de independencia suficiente. Sigamos leyendo...

El núcleo central de la Permacultura es de carácter ético. En él entramos nosotros mismos y nuestros hermanos hasta alcanzar a la humanidad en su conjunto. También entra nuestro entorno, el ambiente terrestre en el que se desarrolla nuestra vida y que debemos considerar un hermano más, junto con todos sus elementos integrantes pues, sin él, las relaciones con nuestros congéneres no tienen razón de ser. En este entorno ¿que podemos hacer? Lo único que podemos hacer es preservar, cuidar a nuestros semejantes y nuestro entorno, por un lado, e intercambiar energías con ellos, es decir, dar y recibir, en definitiva, compartir ( En un símil geométrico, estaríamos hablando de las energías cósmicas que emanan de las relaciones matemáticas en el pentágono y el exágono, casualmente o no tanto, la misma que forman las moléculas que unen las hebras del ADN ). Estos fundamentos son simples y comprensibles para cualquiera y, todo lo demás, procede de ellos, de ahí su importancia. Veamos que cualquier otro tipo de relación entre los actores presentados anteriormente deviene del todo inviable o, cuanto menos, indeseable y, nótese también en que situación se encuentra nuestro paradigma vigente con respecto a estos ideales para deducir que hay algo que no cuadra. En realidad, la forma en que estos ideales se llevan a la práctica es menos importante que el fondo que es, ó debría ser, nuestro punto en el horizonte.

¿Que ocurre a partir de aquí? Con la visión anterior en el punto de mira, deberemos combinar principios ecológicos, es decir conservativos, con principios operativos, es decir expansivos, en un perfecto equilibrio. De esta marena se materializan las tres fuerzas de acción, reacción, neutralización en sus diferentes formas de manifestación. Utilizaré un guión de los muchos existentes para desarrollar esto (quiero decir que todos valen y ninguno, depende de la interpretación de cada cual). Pero, hablemos de arquitectura.

La primera acción que acometemos es la observación de la naturaleza. De esta observación deduciremos las leyes con que la naturaleza actúa y establece el equilibrio perfecto. Aquí entran las condiciones climáticas, la constitución del suelo y las rocas, la vegetación, las estaciones del año, el sol, las mareas,... de todo ello aprendemos a cómo relacionarnos sin alterar el equilibrio existente, utilizando lo que necesitamos y devolviendo lo que nos sobra en condiciones que puedan ser aprovechadas por otros. También aprendemos las leyes físicas, astrológicas, biológicas, geológicas, etc, que operan en la naturaleza. Depurando mucho este conocimiento podemos alcanzar el saber alquímico, reduciendo los elementos de la naturaleza a sus cuatro básicos, fuego, tierra, agua y aire y sus relaciones a razones matemáticas, es decir, geometría. Pero esto último no se alcanza sino como culminación de un proceso del que no pueden saltarse los pasos previos.


El siguiente paso es captar y almacenar energía. La energía es un bien básico abundante y disponible, igual que el agua. Lo único que hay que hacer es establecer procedimientos eficaces adaptados a las condiciones del lugar. En realidad, actualmente podríamos ser absolutamente independientes de las grandes compañias de suministro de energía y este sería un buen camino para recuperar nuestro poder de actuación y decisión. Por tanto este es un factor determinante en nuestro camino pues nos libera de estar atados a una compañia que nos factura cada mes por algo que debería ser gratis.Una vivienda normal puede autoabastecerse de agua con una precipitación anual de 200 mm/m2, incluyendo el riego de la huerta, con un uso racional del recurso. Esto supone que podremos construir una vivienda sostenible y autosuficiente, prácticamente, en cualquier parte.

Otro de nuestros objetivos, no menos importante, es obtener un rendimiento. Hemos hablado del ciclo sagrado de dar y recibir. No solamente es lícito sino necesario establecer una relación productiva de intercambio con nuestro entorno. La clave es la ecología (que no tiene nada que ver con el ecologismo), es decir, el equilibrio entre lo que tomamos y lo que aportamos de forma que exista un beneficio mutuo de dicho intercambio, ya sea en términos de sostenibilidad para el medio ambiente o de relaciones comerciales. Para ello deberemos aplicar autoregulación y aceptar retroalimentación, de forma que nuestro sistema permita establecer los mecanismos "automáticos" para mantener su eficacia.



Una condición para la puesta en marcha del mecanismo anterior es usar y valorar los servicios y recursos naturales así como no producir desperdicios. Si reflexionamos bien sobre esta condición, veremos que lleva implícita una nueva cuota de libertad añadida a nuestro escudo de independencia. Es decir, si somos capaces de gestionar adecuadamente los recursos naturales disponibles y, en aplicación de la autoregulación propuesta, somos capaces de establecer una relación ecológica con nuestro entorno no produciendo desperdicios, estaremos evitando nuevamente estar sometidos a un servicio que merme nuestros recursos. Para ello es imprescindible una buena educación ambiental que se debería impartir desde la infancia, puesto que hemos sido "educados" para ser dependientes de un sistema que pretende controlar todos nuestros posibles movimientos y acciones.



El proceso de diseño debe realizarse desde los patrones hacia los detalles. Es decir, existen unos condicionantes previos a todo proyecto que están por encima de la imagen. Normalmente, la imagen resultante, si es eficiente, tendrá mucho más que ver con estas presuposiciones que con la perseguida idealmente. Debemos abandonar toda tendencia a generar imágenes espectaculares como objetivo. La arquitectura debe estar al servicio del fin social que la obliga y no al contrario. Además el establecer ciertas condiciones a priori también facilita mucho la toma de decisiones en cuanto al diseño, pues nos sentiremos avalados en ellas por la coherencia con el objetivo primero, cosa que no puede defender quien prioriza ó sólo vive para el espectáculo.


Para trabajar eficazmente en la dirección propuesta existe un principio básico que es el lema de este blog,  integrar más que segregar. La arquitectura no puede abstraerse de la información beneficiosa que aportan ciertas disciplinas para considerar únicamente aspectos parciales en función de objetivos de diseño o, simplemente, ignorar de forma perezosa aquellos conocimientos que benefician el resultado del proyecto por la simple razón de que nos complican la vida a la hora de trabajar. Esto es una grave irresponsabilidad. Existen multitud de especialidades sumamente eficientes por sus aportaciones al diseño que actualmente son denostadas en beneficio de aquellas otras banalidades, como el cumplimiento de una absurda multiplicidad de normativas absolutamente prescindibles. En realidad las condiciones técnicas exigibles a una buena arquitectura se podrían resumir en unas pocas palabras y parámetros, tales como humedad, temperatura y calidad del aire, ausencia de contaminación ambiental y electromagnética, captación y distribución de todo tipo de energías, gestión del agua y los resíduos, condiciones energéticas del emplazamiento y los materiales empleados, solidez y poco más.



En el camino hacia el éxito en nuestra misión está el método de usar soluciones lentas y pequeñas. Por ejemplo, una propuesta viable a considerar es la que nos plantea slow energy. El acometer pequeños objetivos al alcance de la mano no nos hace perder eficacia, al contrario, permite ir afianzando, consolidando y ganando solvencia en el resultado final sin grandes saltos ni riesgos. A medida que nos vamos familiarizando con este sistema, podremos avanzar más deprisa y con pasos seguros pero, inicialmente deberemos resolver localmente apoyados en las líneas que nos proponen las condiciones de partida. En realidad, siempre ha de existir un feedback contínuo entre el concepto general y lo concreto pero, la solución del detalle debe prevalecer en beneficio del resultado del diseño global. El concepto del tiempo debe ser adaptado a lo presente, priorizando el disfrute de lo pequeño, de cada paso. Cuando este efecto ha sido considerado, el resultado adquiere un gran peso específico pues la energía del creador se mantiene en cada pequeña cosa.


Finalmente, existen tres corolarios o principios que debemos considerar en beneficio de un proyecto permacultural e integrativo. Estos son

Usar y valorar la diversidad. Debe potenciarse el encuentro con nuevos matices de la realidad en lugar de restringirnos a lo conocido y acotado. Esta es una forma de ensanchar los límites de lo posible además de permitir integrar todo aquello que en un principio aparenta pertenecer a un rango diferente pero que puede integrarse en nuestra vida de forma enriquecedora. La naturaleza ama la diversidad y nosotros debemos potenciar a la naturaleza actuando del mismo modo, en la medida de lo posible.

Usar los bordes y valorar lo marginal. Este aspecto tiene que ver con lo anterior pero con un matiz. Aquí se está hablando del concepto de límite. Existe un espacio marginal en que "acontece" el límite, sin que éste ocupe un lugar definido. Jugar con este concepto permite establecer un contacto con lo natural, a donde se transita desde lo artificial con una gradación lenta que favorece la intergración de lo construido. Interior y exterior se suceden en una gradación progresiva, no abrupta. Así las zonas cercanas a los límites compartirán elementos propios de ambos mundos.

Usar y responder creativamente al cambio. Aceptar el cambio, no como algo inevitable, sino como un ingrediente esencial de la dinámica natural, permite encontrarnos en disposición de responder a las pequeñas o grandes variaciones graduales que se establecen en función de las diferentes épocas del año, de los movimientos naturales y del crecimiento de las cosas. Integrar la naturaleza supone convivir con el cambio porque todo está en contínuo movimiento.

Como resumen, este documento para niños tal vez enseñe algo a los mayores. Que lo disfruten.




UNIVERSO HOLISTICO 61

jueves, 16 de mayo de 2013

RADIESTESIA Y LUGARES DE PODER: por EPIFANIO ALCAÑIZ


 ULTIMA HORA: 

Finalmente, el vídeo no se ha podido subir, por falta de calidad, de modo que Epifanio ha subido un resumen en audio de la charla cuyo enlace os dejo más abajo. Para cualquier consulta sobre el tema, podéis dirigiros directamente a él en su página web www.radiestesiaysalud.com.

Entiendo que este tema pueda sorprender a cualquiera que se aproxime por primera vez a la radiestesia, por lo que recomiendo que no se hagan ideas preconcebidas y permanezcan permeables a la información que les pueda llegar sin emitir juicio alguno. Si es momento de aproximarse a este conocimiento les llegará de una u otra forma. Si no es así, no hay que darle más importancia.

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Por razones personales, Juan no podrá asistir a la presentación, por lo que EPIFANIO ALCAÑIZ, primer espada en materia de radiestesia a nivel nacional, se ha brindado amablemente a dar la CONFERENCIA DE RADIESTESIA: "LUGARES DE PODER" este viernes, 31 de mayo a las 7:30 PM en el mismo lugar previsto Club de Padel Suanzes (Pza/Juan Antonio Suanzes 2. metro Suanzes. Madrid). Estoy seguro que quedaréis encantados con la charla.


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CURSO DE INTRODUCCION A LA GEOBIOLOGIA
Para todos los que estén interesados en conocer los principios de la GEOBIOLOGÍA y entender de qué forma le pueden ayudar en su desarrollo personal y profesional, arquitectos, ingenieros, médicos, terapeutas, etc, os propongo asistir a este curso de fin de semana, de la mano de Juan Saez, a celebrar en Madrid el primer fin de semana de junio.

Asímismo, podréis asistir a la PRESENTACIÓN GRATUITA del libro Geobiología Consciente, del mismo autor, a celebrar el 31 de mayo.

Juan es un profesional con mucha experiencia formativa que no se prodiga demasiado por Madrid, de modo que considero una gran oportunidad para quien quiera aproximarse a esta disciplina y conocer las posibilidades que le ofrece. Por mi parte, absolutamente recomendado.

miércoles, 8 de mayo de 2013

BIOCONSTRUCCION: TÉCNICA DE CANYAVIVA

De todos los métodos de construcción natural o bioconstrucción, tal vez, la técnica de canyaviva sea la más versátil, entretenida y de acabado más orgánico de todas las que conozco. Digo, tal vez, únicamente porque, a pesar de haberse convertido rápidamente en objeto de culto para los amantes de la construcción ecológica, su irrupción en la escena constructiva ha sido tan reciente que, desafortunadamente, aún no contamos con el juicio del único testigo que nos permitiría confirmar sus bondades, el tiempo. 


De momento, las cosas se están haciendo bien, muy bien, estableciendo protocolos y riguorosos sistemas de ensayo en la Cátedra de Estructuras de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, entre otros, ciudad donde se ha instalado la base de operaciones de los creadores de este sistema. Incluso, se está desarrollando un software específico para el cálculo de estructuras en este material. Los resultados, en todos los aspectos, son tan prometedores que auguro una inminente CANYAMANÍA entre el sector de arquitectos y usuarios próximos a las tesis bioarquitectónicas que, dicho sea de paso, somos un colectivo creciente y entusiasta.

Nueva información referente a los resultados de los ensayos anunciados (en catalán) en el Nº46 de Quaderns d´estrutures pg 38 y siguientes.


Cuando alguien oye hablar de Jonathan Cory-Wright, ideólogo y precursor del método, y sus hazañas termina pensando ¡este tío es la caña! Estas estructura que utilizan muchas técnicas de atado procedentes de la náutica, recuerdan los haces vegetales con que algunos indígenas del Pacífico construyen embarcaciones y edificios sólidos y resistentes, de forma tradicional, superando las imposiciones de los estándares tecnológicos actuales. Otro antecedente podrían ser los Mudhif, unas construcciones abovedadas realizadas con juncos en la desembocadura del rio Eúfrates. El material vegetal más utilizado es la caña común o Arundo Dónax una especie herbácea que adquiere un tronco leñoso de gran resistencia a partir del segundo año de crecimiento, con suficiente longitud como para formar haces flexibles que pueden ser doblados en varios planos simultáneamente, cubriendo grandes luces y adquiriendo rigidez y resistencia al ensamblarse y arriostrarse entre sí.


Proyectos estudiantiles de Jonathan en la Barlett School of Architecture en 2004

Inicialmente, John empezó ensayando con su equipo esta técnica en Almería, agrupando mazos de cañas en el lecho del rio y creando estructuras de cañas vivas, de ahí su denominación. Posteriormente, con ocasión de la Exposición Internacional de Zaragoza en 2008, Ricardo Higueras, el arquitecto del edificio Faro de la Expo, se puso en contacto con el equipo de cañaviva con la propuesta de crear una pérgola alrededor del edifico que proporcionara sombra en verano. Dado que dicha instalación requería cañas cortadas surgió la necesidad de resolver este problema. Así, empezaron a plantarse los primeros haces de caña cortada, fruto de la colaboración con Ricardo, a base de ensayo y error, y que constituyen la base de la técnica actual que ha sido contínuamente mejorada con el paso de los años.

Os dejo estas simpáticas imágenes y vídeos de archivo de aquella época.

V1 / V2 / V3 / V4


Las características que podrían asociarse a este sistema serían economía, ecología, ligereza, flexibilidad, rapidez y versatilidad pero ¿estaría la durabilidad entre sus cualidades? Aparentemente, esta cuestión se haya en cuarentena esperando que el tiempo dictamine y, mientras tanto, la mayoría de las "instalaciones" que se realizan con esta técnica son consideradas como de carácter temporal o efímero, ya que el material con que se fabrica se degrada bajo las inclemencias meteorológicas, sol, humedad, ataque de insectos xilófagos, etc pero ¿existe algún sistema para hacer estas estructuras más duraderas? y, sobre todo ¿existe alguna garantía de durabilidad que pueda eludir a las pruebas empíricas con el paso del tiempo? La forma tradicional de proteger la caña es recubrirla con una capa (o varias) de barro o adobe, de forma que impidamos que las agresiones externas puedan atacar directamente el material. En principio, estas estructuras se encuentran bajo observación y con cierta cautela se reservan las posibilidades de utilización como construcción definitiva (oficial) a la espera de resultados favorables. 


Tenemos la experiencia del pabellón de la Expo de Zaragoza, obra de Ricardo Higueras (vástago de nuestro apreciado Fernando quien, sin duda, observará curioso desde hallá donde se encuentre). Desgraciadamente ya no existe porque su carácter de arquitectura efímera, las urgencias de construcción y el plazo de terminación impidió que la obra fuera realizada con las condiciones que garantizasen su durabilidad y recientemente hubo de ser demolida, junto con su hermosa pérgola perimetral al ceder parte del cerramiento por filtración de humedades. Este edificio, al ser tan emblemático, ha generado cierta desconfianza en el sistema, a mi modo de ver, injustificada. Pero, ya sabemos que hay hechos que acarrean consecuencias sin considerar las circunstancias que los acompañaron.




Lo cierto es que, cuando uno se entusiasma con un sistema, lo quiere utilizar ya y no esperar 20 ó 30 años a ver cómo se comporta este material ¿no es cierto? En realidad, las opciones que proporcionaría este sistema a los arquitectos y, en mi modesta opinión, el enorme beneficio que ello supondría para el conjunto de usuarios sería tal que merece la pena reflexionar unos instantes sobre este aspecto y preguntarnos si, efectivamente, corremos un riesgo al emplearlo en construcciones de carácter permanente o, tal vez, no tanto. Mi tesis se decanta claramente por la segunda opción y se fundamenta en lo siguiente. En primer lugar, el barro o tierra cruda posee unas acreditadas características de durabilidad y protección pues lleva utilizándose desde que el hombre empezó a construir edificaciones de carácter permanente ( y, de esto, hace más de 20 años, al menos, 5.000 de lo que tengamos restos actualmente) por tanto, no se trata de una técnica que no valga (la protección con barro), sino de una técnica, evidentemente, mal aplicada en el caso del edificio citado anteriormente. Por otro lado ¿es la caña un producto mas perecedero que cualquier otro material leñoso? y ¿existen experiencias anteriores de su utilización protegida con barro? La respuesta es que sí, la caña se ha utilizado tradicionalmente en la construcción con adobe y podemos comprobar que, si ha sido aplicada la técnica correctamente, pasados 100 ó 200 años, cuando demolemos el edificio, aparece intacta dentro de sus muros. Por cierto ¿existían los productos impermeabilizantes hace tanto tiempo?

Por otro lado, analicemos qué es el barro. Se trata de un compuesto natural a base de arena y arcilla, básicamente al que, en el caso del adobe, se añade fibra vegetal para absorber tensiones por los cambios de humedad. Todo depende, por tanto, del tipo de arcilla que estemos utilizando. Así, la arcilla que es muy expansiva, también es muy contractiva y ya sabemos que la contracción y las fisuras van de la mano. Las fisuras permiten que la humedad acceda al interior de los cerramientos y el binomio madera + humedad no suele dar buen resultado en términos de durabilidad. Por tanto debemos, en primer lugar, evitar el empleo de  terrenos cuyo componente de arcilla sea muy expansivo y, además, utilizar un producto para evitar las fisuras de retracción, como la fibra vegetal. Por supuesto, no está de más utilizar un hidrofugante de base acuosa y añadir un tratamiento de acabado resistente al desgaste, como los productos a la cal. La arcilla es un material sedimentario que procede de la descomposición de algunas rocas, por lo que dependiendo del material madre que lo originen así será su composición y propiedades. Pero todas ellas tienen un alto contenido de silicatos y una estructura especial en sus partículas que hacen que adquieran gran cohesión en presencia de agua. En general, todas las arcillas tienen ciertas "misteriosas" propiedades terapéuticas, entre las que se encuentran, como más interesantes para la construcción, que son fungicidas y bactericidas, es decir, un conservante excepcional para la materia orgánica y, concretamente, la madera. Además, aunque no vamos a entrar en ello, posee propiedades bioenergéticas, permite una conexión directa con la tierra, al ser del mismo material y tiene una elevada fractalidad estructural lo que permite generar espacios de alta capacitancia eléctrica, beneficiosos para la vida.


Por tanto, nos encontramos ante un sistema constructivo que posee una capacidad de desarrollo formal muy amplia, resistencia, durabilidad, economía y respeto por el medio ambiente. Por otro lado, esta técnica, si bien requiere ciertos conocimientos, una vez adquiridos y asimilados estos, se vuelve amable y fácil de realizar. Mi propuesta es clara ¡utilizémosla!



Recientemente, he tenido ocasión de colaborar en un taller organizado por Marta Denegri en Madrid, una joven arquitecta muy involucrada en los proyectos de Canyaviva, junto a un encantador grupo de voluntarios que han realizado la compleja tarea a la perfección bajo sus pacientes y sabias instrucciones en la Huertaula de Cantarranas en la madrileña Ciudad Universitaria.

Como muestra, os dejo el relato gráfico de las tareas realizadas, gentileza de  Miguel Fresno.

IMÁGENES DEL TALLER DE CONSTRUCCIÓN EN CAÑA

VIDEOS DEL TALLER DE CONSTRUCCION EN CAÑA


RESUMEN DE LA TECNICA

Básicamente, la técnica consiste en la elaboración de haces lineales de cañas que se ensamblan por pares para, posteriormente, ser curvados en el suelo y formar un arco. Este arco se "planta" después en la tierra y es arriostrado con otros constituyendo una estructura estable. Posteriormente, se pueden volver a tensar los arcos, desde la clave o punto de máxima curvatura, en un plano perpendicular al de la primera curvatura. Adicionalmente de pueden añadir haces de caña lineales, curvos o circulares que permiten añadir rigidez al conjunto, servir de estructura de reparto y formar dibujos y nuevas formas en la construcción.

La clave del sistema es la capacidad de los haces para deformarse sin romper las cañas, para lo cual es fundamental la técnica de elaboración de los mismos y su procedimiento de doblado.


Todo empieza con la selección de las cañas en el cañaveral. La caña debe ser un recurso local y no tiene sentido utilizarla si hay que recorrer grandes distancias por una cuestión de economía. Según los puristas, procede recolectar la caña en invierno, aprovechando las fases lunares (luna nueva) para que la linfa de la caña se encuentre con la menor actividad posible.  Sin embargo, la recolección puede hacerse, y de hecho se hace, durante todo el año. Obviamente, cuanto más cuidado pongamos en el proceso, mayor durabilidad y resistencia tendrá el material resultante pero todos sabemos que debe haber un equilibrio entre lo óptimo y lo bueno. El criterio es estrictamente de índole práctica. Es decir, una estructura provisional, donde la caña va a quedar al aire no requiere tantas precauciones como otra que pretende tener mayor vista o durabilidad. 


Las cañas que se recolectan son aquellas que tienen más de dos años, por tener su parte leñosa más gruesa y resistente, de un color verde amarillento. Las distinguimos de las jóvenes porque tienen ramas con hojas y aquellas, no. Entonces descartando aquellas cañas que no tienen ramas y que están secas o rotas, las arrancamos desde su base, flexionando y tirando de ellas hacia fuera. Este sistema es el adecuado para sacar la caña entera y permitir que, en el punto que hemos quitado la caña, crezca otra nueva. De otra forma, si cortamos la caña por su base, no podrá salir una nueva y el cañaveral se extenderá en superficie, algo que hay que considerar pues se trata de una especie invasiva que se reproduce por extensión de sus rizomas. A veces, crecen demasiado juntas y no hay más remedio que cortarlas para poder trabajar.

 

Una vez cortadas, las cañas se deben seleccionar por tamaños y limpiar de hojas y nudos, existiendo cinco tamaños en función del diámetro de su base T5<15mm, T4 hasta 20mm, T3 hasta 25mm, T2 hasta 30mm y T1, el resto hasta, aproximadamente, 35 mm. Siempre debemos recolectar un número superior de cañas a las necesarias para los haces, ya que no todas servirán después y, además, hay elementos auxiliares adicionales en los que utilizaremos todo lo que sobre.


Los haces se hacen partiendo de un núcleo central de siete cañas iguales en tamaño y rotación, con una en el centro, debiendo construirse cada parte del par de haces con grupos de cañas de rotación contraria. Posteriormente se procede al atado del núcleo, regruesado con nuevas cañas, y al añadido de cañas, a partir del primer metro de longitud para mantener constante el grosor del haz, ya que las cañas van mermando en diámetro según su altura crece. El añadido se realiza con un número de cañas igual al número del tamaño que se utiliza por cada metro de longitud, añadiéndose progresivamente, equidistantes y siguiendo la rotación natural del haz principal.

Los últimos tres metros del arco son los "dedos", es decir, los haces se dividen en dos partes que terminan en punta, a modo de dedos o lengua bífida, de forma que pueda esta columna ser ensamblada con su par, formando un haz de cuatro dedos contrapuestos. Para que todo case, hay que estudiar la curvatura natural de cada elemento del par de haces que vamos a unir y dividir los dedos de un haz en vertical y los de su par en horizontal. Esto va a dar la curvatura natural del arco, aquella que permitirá realizar el curvado sin roturas. Las técnicas de anudado son muy importantes, utilizándose materiales vegetales y nudos náuticos, resistentes y fáciles de remover. Una vez anudado el par de haces, procedemos a su curvado previo replanteo en el suelo de la forma del arco. Poco a poco, si hicimos bien el trabajo, las cañas van deslizando unas sobre otras y el conjunto adquiere la curvatura sin roturas significativas que mermen la resistencia de la estructura.

La técnica de plantado puede ser muy simple y económica o más compleja, en función de la durabilidad que le exijamos a la estructura. Finalmente, el arriostramiento, atado y cubrición son los trabajos que darán límites al espacio y el nivel de acabado que se desee.



lunes, 6 de mayo de 2013

viernes, 26 de abril de 2013

COMO CREAR UN LUGAR DE PODER

Entramos en uno de los temas importantes de radiestesia y alquimia. Los conocimientos ancestrales de estas disciplinas fueron desarrollados para aplicaciones prácticas y ésta es una de ellas. Si nos remontamos a la antigüedad hasta el origen de los tiempos en que la humanidad empezo a cubrir la Tierra (al menos, la humanidad presente, que es de la que tenemos mayor información ya que se datan hasta trece civilizaciones anteriores a la nuestra sobre este planeta), veremos que, desde el origen aparecen grupos artificiales de piedras, megalitos, dólmenes, menhires, taulas, cromlech, etc que, supuestamente, tendrían un carácter ceremonial o religioso. Obviamente, estos lugares, aparentemente arbitrarios en su elección, deberían reunir alguna condición especial para ser elegidos con motivo de una función tan relevante como esta.


Aparentemente, nada distingue estos emplazamientos de otro cualquiera, así que veamos que ocurre a los ojos de la geobiología. Lo primero que vamos a encontrar, siempre que estas construcciones sean auténticas, es una alteración cosmotelúrica, normalmente producida por la coincidencia de venas de agua con cruces de las redes geomagnéticas terrestres. Sabemos que, en principio, cualquier alteración telúrica de estas características puede suponer un grave riesgo para la salud de quienes se exponen a ella de forma prolongada, pues su nivel bioenergético suele estár por debajo de las 6.000 UB (Unidades Bovis) que sería el límite inferior de tolerancia humana, a partir del cual, resulta nociva la exposición a un campo geomagnético. ¿Porqué, entonces, situaría alguien un altar o un lugar que requeriría, cuanto menos, unas condiciones especialmente favorables?


En realidad, también existen alteraciones cosmotelúricas favorables en la naturaleza, por encima del nivel biótico humano (aproximadamente, entre 6000 y 7500 UB), en rangos de 9000, 11000, 13000, 19000, 24000 y 33000, UB las más conocidas y que reciben el nombre genérico de vórtices para distinguirlos de las geopatías. Estos puntos son difíciles de localizar y se requiere una sensibilidad muy desarrollada pues es necesario utilizar técnicas de teleradiestesia para detectarlos. Es decir, si fuéramos con las varillas o el péndulo por encima de estos puntos, no los detectaríamos a no ser que diera la casualidad de habernos codificado específicamente para ello y que pasaramos casualmente por encima. Esta circunstancia hace que, incluso muchos expertos en geobiología no los consideren como algo que existe en la naturaleza. Por otro lado, aquellos que sí son capaces de identificarlos por sus excepcionales capacidades teleradiestésicas, como Epifanio Alcañiz, son reacios a pensar que se pueda revertir la polaridad, digamos así, de una geopatía. Mi opinión es que ambos están en en lo cierto y, además, existe una tercera opción, que es la de crear un vórtice de manera artificial.

¿En que baso esta afirmación?  Las famosas tres pirámides de Egipto en Giza, por ejemplo, se encuentran formando una posición que es un reflejo de la constelación de Orión vista desde la Tierra. Esta configuración, conociendo la extraordinaria aficción de los antiguos egipcios por la astrología, resulta excesivamente coincidente para ser casual, no hablemos ya de los tres vórtices que existen en las pirámides. Por tanto, podemos aventurar que dichos vórtices no son naturales, sino creados ad hoc ¿por quién? ese es otro cantar.

Aparte de esto, también es importante saber qué es un vórtice ó, al menos, a qué llamamos de esa manera. En realidad, parece ser que todo campo de energía donde existe un componente intencional, es decir, donde interviene un cierto nivel de conciencia, adquiere negantropía ó entropía negativa, un concepto negado por la segunda ley de la termodinámica y que, sin embargo, es la única explicación plausible a que vivamos en un universo tan absolutamente ordenado. La estructura de estos campos se encuentra sometida a un movimiento cíclico reproduciendo la forma de un toroide, un movimiento sinfín en forma de espiral tridimensional cerrada que recorre esta superficie. La energía circularía, por un lado, desde la superficie exterior hacia el norte magnético y, alcanzado este, recorrería una espiral con forma de remolino hacia el centro, como el agua de un desagüe. En este proceso se produciría una progresiva compresión de carga implosiva, aumento del orden estructural o negantropía, hasta alcanzar la singularidad en el centro, lo que en física llaman agujero negro si coincide en un punto. La entropía, por otro lado, sería también una fase explosiva del movimiento anteriormente citado, una parte imprescindible, ya que no se puede ordenar lo que ya está ordenado ¿correcto? (estaríamos hablando una expresion gráfica tridimensional del diagrama chino del Yin Yang, donde cada parte se convierte en su contraria en un movimiento cíclico permanente).


En condiciones normales, simples, un toroide tiene un canal de implosión y otro de explosión con una singulariadad en su centro, dejémoslo ahí. Cuando se trata de un organismo de alta complejidad, como el caso de un planeta y más aún, un planeta tan "activo" como el nuestro, es fácil que aparezcan vórtices secundarios como, en realidad ocurre. En el caso de planetas y astros en general el vórtice principal tiene una dirección axial N-S y los vórtices secundarios serían como "poros" (o portales) de respiración electromagnética (en el caso del sol, sin ir más lejos, podemos identificarlos visualmente en las denominadas "manchas" solares). De forma natural, estos vórtices surgen de forma espontánea y, aparentemente, aleatoria en los puntos en que existe una tensión determinada. Esta tensión necesaria se puede producir también por medio de técnicas o procedimientos voluntarios.

Por tanto, tenemos estas tres opciones. Bien encontramos un vórtice y lo aprovechamos (normalmente, no va  a ser el lugar más adecuado pero se puede aprovechar),


El Escorial

bien encontramos y lugar geopático y lo armonizamos o bien, de acuerdo con mi exposición, elegimos el sitio y creamos un vórtice artificialmente. En principio, lo más fácil es lo segundo ya que, cuando buscamos una geopatía, lo hacemos en un ámbito restringido y sabemos que la acumulación de varias alteraciones, casi siempre, es más geopatógena. Entonces ¿qué podemos hacer cuando nos encontramos con una geopatía? La respuesta es armonizar el lugar con operaciones de geopuntura, exactamente como hacian nuestros ancestros,...


y, exactamente, como hacen en la actualidad quienes desean acumular poder.

Vaticano

Washington

No obstante, nuestros ancestros eran más cuidadosos con las energías que manejaban y sumamente respetuosos con las leyes naturales, entendiendo que las mejores condiciones para que el hombre desarrolle sus actividades y sus facultades físicas, emocionales, intelectuales y espirituales dependen de la armonía que haya conseguido establecer con su entorno. Para ello, existían quienes se dedicaban enteramente al entendimiento de las leyes de la naturaleza y a estudiar las formas de relacionarse e interactuar con ellas. Llegado el punto en que se descubrió la forma de armonizar una alteración cosmotelúrica para convertir un lugar geopatógeno en un lugar de poder, empezaro a utilizarse estas configuraciones, primero en forma de menhires, la versión original de los actuales obeliscos que inundan los centros de poder mundiales, luego en forma de dolmen, taulas o puertas y, más adelante, en forma de configuraciones circulares, recintos de configuración astrológica y combinaciones de las anteriores hasta empezar a construir templos. Todos estos lugares sagrados se denominan también lugares de poder, entendiendo que el influjo energético que se activa en ellos puede concentrarse para que un personaje sea capaz de canalizar su intención y alinearla con la voluntad cósmica de un modo determinado. 


Existen multitud de configuraciones que pueden dar como resultado la armonización de una alteración telúrica, sin que exista una regla fija o predeterminada. Algo que resulta de suma importancia y difícil de asimilar con el intelecto es que, en este tipo de actuaciones, domina más la parte ritual, intencional y simbólica que la acción física en sí. Por ello, a los efectos de armonización de cualquier espacio, se requiere una preparación e intención adecuadas para producir unos efectos favorables. Afortunadamente, esos efectos son medibles y comprobables. Existen técnicas de acupuntura terrestre que pueden utilizar determinadas varas de especies vegetales en sustitución de las piedras. En todos los casos, lo importante es establecer un interface con la Tierra a modo de conexión energética. El funcionamiento de estos fenómenos daría para mucho más de lo que aquí se pretende abarcar y , sin embargo, su conocimiento resulta imprescindible para su aplicación.


Con el tiempo, la especialización de estas técnicas ha dado lugar a la introducción de la geometría como un ingrediente adicional de los lugares de poder, potenciando las energías propias del lugar con cualidades añadidas contenidas en la información geométrica. Sabemos que existen formas capaces de generar campos energéticos. Estos campos se forman a partir de las denominadas ondas de forma, una forma curiosa pero acertada de describir el fenómeno por el cual una forma es capaz de generar por sus geometrías internas, sus colores o por su simbolismo, sin más, un campo electromagnético. 


Como ya hemos dicho en varias ocasiones, cualquier campo de energía es susceptible de interferir sobre otros dentro de sus límites de influencia. Si, además, entendemos que cualquier forma de pensamiento genera una onda de forma-pensamiento capaz de interferir con la realidad que nos rodea, ésta se vuelve mucho más compleja de lo que aparenta.

domingo, 21 de abril de 2013

ARQUITECTURA INTEGRATIVA PRÁCTICA I: ESCOGIENDO EL BUEN SITIO

Si, como suele decirse, una imagen vale más que mil palabras no es menos cierto que un ejemplo puede valer más que mil teorías. De nada sirve acumular conocimientos e información si no aplicamos las leyes de la distribución para que esa información pueda ser útil a otros. La energía debe fluir y para ello debemos alimentar el ciclo sagrado de dar y recibir. Por esta misma razón, esta información circula con la intención de alimentar los espíritus inquietos de aquellos que realmente buscan algo para mejorar el mundo a su alrededor y no se trata de un conocimiento que debe ser acumulado para uno mismo. Esto no es banal ni gratuito.

Dicen los que saben que no es lo mismo predicar que dar trigo. Yo estoy de acuerdo. Poner una teoría en práctica, cuando esta procede de fuentes muy variadas y dispersas entraña un gran riesgo, el riesgo de caer en la contradicción durante el proceso necesario de síntesis pues, no todas estas fuentes, coinciden en sus fundamentos y podría ser ciertamente aventurado pretender hallar el nexo común fundamental que las unifique bajo los principios de la ARQUITECTURA INTEGRATIVA. Sin embargo, eso pretendo. El lector inteligente deberá no perderse en las palabras y atender al fondo de las cosas, pues existe un metalenguaje que trasciende lo aparente. Así fué siempre y así debe ser.


Cuando iniciamos un proyecto siempre partimos de una información que actúa como punto de ignición del proceso creativo. En un paralelismos metafísico hablaríamos de la mónada, el punto o centro del que surgirá, de forma expansiva, un despliegue de intenciones y reflejos que se retroalimenten contínuamente en materialidades cada vez más complejas y concretas, exactamente igual que ocurre con la creación del Universo y el célebre Big Bang ya que, como reflejos de la luz divina que somos, tendemos a actuar según los mismos patrones que el Creador para producir nuestras pequeñas creaciones.

En este caso, buscamos una localización natural adecuada a un proyecto de enfoque ambientalista cuyo programa se concretará y desarrollará más adelante dependiendo, entre otras cosas, de aquello que hayamos encontrado. Por tanto, partimos de una idea con cierta flexibilidad lo cual es importante pues, aquello que es demasiado rígido, se vuelve a menudo frágil y quebradizo.

Después de rastrear una amplia zona, consultar catastros, ortofotos y cartografías varias, se han seleccionado una serie de fincas que reúnen las condiciones deseadas de las cuales, tras las visitas oportunas, hemos escogido la definitiva por reunir las mejores posibles. Se trata de una parcela rústica de algo más de una hectárea, situada en Suelo No Urbanizable de Especial Protección Forestal, de acuerdo con la denominación específica del Plano de Clasificación del Suelo de las Normas Urbanisticas Locales, que no vienen al caso. Este emplazamiento presenta una serie de restricciones e inconvenientes en cuanto a la tramitación administrativa que deberemos salvar, si bien es teóricamente viable debido a las especiales características del proyecto. No se hará mención al proceso adminsitrativo más allá de este breve apunte, sin embargo, dentro de un análisis sistémico, debe ser considerado como un factor importante capaz de condicionar fuertemente el sistema general.

En primer lugar, estudiamos las condiciones orográficas y naturales tratando de reunir el máximo de beneficios y el mínimo de inconvenientes. Resulta de gran importancia enfocar la intención de búsqueda en un objetivo concreto de forma previa al proceso práctico de búsqueda. Este esfuerzo va a fraguar una imagen mental que debe ser mantenida con una emoción positiva. Esta imagen se irá cargando de matices a medida que entremos en contacto con imágenes reales y establecerá un vínculo subconsciente con el objetivo que nos permitirá reconocerlo porque, de realizar este proceso correctamente, seremos llevados al lugar adecuado como un imán y deberemos estar preparados para reconocerlo. Esto, normalmente, no ocurrirá a la primera, así que debemos tener paciencia y no perder la imagen que perseguimos. Es importante entender que no estamos solos en esto, que nuestra intención afecta a la realidad y que es conveniente saber movilizar energías que nos sean favorables. La identificación de un lugar es una oportunidad única para conectar con aquello que es mas grande que nosotros.
En nuestro caso, habíamos creado una imagen arquetípica previa basada en la tradición china del Feng Shui. El objetivo de este arte milenario es establecer las condiciones más favorables para el adecuado flujo de las energías y mejorar la calidad de las mismas. No es nada despreciable el fundamento de estos principios que se materializan en operaciones aparentemente muy simples, si bien no menos efectivas. Es fundamental, sin embargo, profundizar en su comprensión y asimilación para incorporarlos a nuestro sentido perceptivo de una forma más intuitiva y menos dogmática. Esto nos permitirá interpretar la realidad del medio de una forma más directa y eficaz, al tiempo que podremos introducir alteraciones y correcciones conscientemente sin por ello perjudicar la calidad de las energías del lugar. Este dato es importante, ya que no siempre encontraremos las condiciones ideales y deberemos reconocer cuando se puede actuar, introduciendo las correcciones necesarias, y cuando debemos descartar una opción, por muy a tiro que se ponga. 


Sin entrar en analizar el simbolismo del FS, el lugar deberá encontrarse orientado al mediodía, preferentemente, con una ligera pendiente descendente, despejado al frente, con una visión profunda del horizonte y manteniendo una posición ligeramente elevada, no deberá hayarse en el fondo de un valle y, en la medida de lo posible, debería disponer de un arroyo de agua clara en las inmediaciones o que cruce frente al edificio. Estará flanqueado por cinco animales simbólicos asociados a los cinco elementos de la Medicina Tradicional China, que son los siguientes. Al este, dragón verde (los puntos cardinales se invierten en el hemisferio sur), norte, tortuga negra y oeste, tigre blanco. Esto es, la edificación deberá disponer de sendas protecciones, al modo de los brazos y respaldo de un confortable sofá. Esta imagen gráfica nos ayudará a asimilar la idea fácilmente. Estos elementos de protección pueden ser desde una roca, un árbol o conjunto de ellos, una montaña o colina o cualquier accidente orográfico asimilable. Si no existen, habrá que crearlos y deberemos evitar alterar excesivamente esta configuración para no obligarnos a realizar correcciones posteriormente. Al sur, a los pies de la edificación, nos encontramos con la serpiente amarilla que simboliza la tierra y más allá de ésta, el Ave Fenix rojo, simbolo del fuego y, como el sol, renace cada día. ëste último podría estar materializado por una colina o un paisaje al fondo, en el horizonte.

Con esta configuración, nos hayaremos bien anclados a la tierra, en un terreno favorable para el jardín o la huerta, con una visión despejada al frente, orientado al mediodía, de donde recibiremos la energía del sol que activa nuestro organismo físico, armoniza nuestro campo emocional y favorece el funcionamiento de la mente al eliminar obstáculos. La montaña a la espalda, cubierta de espeso pinar, nos protege del viento frío del norte durante el invierno y aporta frescor en las tardes veraniegas, al descender el aire frío, más pesado, entre la vegetación. El agua corriendo libremente activa la energía pránica o chi del lugar, cargando el aire de iones negativos, sumamente beneficiosos para la salud. Del mismo modo, nos encontramos protegidos por elevaciones montañosas al oeste y al este que actúan como armonizadores del chi, equilibrando el Yin y el Yang respectivamente.


A continuación mostramos, sobre una imagen de satélite, el encaje de estos elementos y la localización de la parcela en el centro, marcada con x. Como puede comprobarse, el emplazamiento cumple con las condiciones de buen sitio, desde el punto de vista del Feng Shui, al menos, en lo que a la superficie se refiere. Al este y oeste dos montes protegen a cierta distancia y un tercero, más alto, al norte a espaldas de la edificación. El efecto se ve reforzado por la masa de arboles en forma de "U" que circunda la finca reforzando la protección inicial. Al sur, sin embargo, el terreno con suave pendiente descendente, flanqueado por sendos arroyos de montaña con un caudal aceptable y dos pequeños embalses. Por este motivo no será necesario hacer correcciones en principio, salvo que nos encontremos con alguna geopatía grave.


El siguiente paso consistirá en hacer una exhaustiva toma de datos sobre el terreno a nivel radiestésico y reflejarlo todo sobre un plano topográfico.