En esta época de cambio de ciclo por la que transitamos muchas torres caerán, muchas murallas serán derribadas y muchas maravillas serán reveladas.
Los ciclos cósmicos son una realidad astrofísica contrastada y, por tanto, los flujos de energía que los acompañan modifican sus cualidades permanentemente. Actualmente nos hayamos en la transición de la Era de Piscis a la de Acuario, lo cual no es nada esotérico sino que nos indica, simplemente, que nuestro sistema solar recibirá durante un periodo de tiempo largo la energía correspondiente a su posición relativa dentro de la Via Láctea en este periodo.
Habiendo llegado la ciencia, hace ya muchos años, a la conclusión de que todo lo que existe en el universo puede reducirse a energía en diferentes niveles de "condensación" y que todo campo de energía es susceptible de ser interferido por otro, en determinadas condiciones, es fácil entender que, cuando la energía que corresponde a un ciclo cósmico se modifica, su interferencia con las diferentes energías que constituyen nuestra realidad de, como resultado, una nueva versión de esta realidad. Los seres humanos no somos ajenos a estas influencias, como tampoco la Tierra y el resto de los seres que la habitan, por no irnos muy lejos. Un ejemplo muy evidente de estos efectos lo podemos comprobar en la creciente intensidad de la actividad electromagnética del sol.
No entraremos en complejidades, de momento, pero quede esta breve exposición como apoyo al contenido propositivo del presente artículo. La idea que se pretende transmitir es que no importa cuanto esfuerzo nos haya costado construir el status quo de la "realidad vigente", lo que nuestros "educadores" nos hayan enseñado, lo que la religión haya influido en nuestra visión del mundo, los "valores" que la cultura y la economía hayan hecho cristalizar en nuestras mentes, las autolimitaciones a que hemos sido inducidos por la sociedad, nada de esto importa porque todo ello obedece a un paradigma con fecha de caducidad.
La metáfora del supermercado.
Esta crisis que vivimos podría ser una señal de que la fecha de consumo del "producto" ya ha vencido y se nos está echando a perder en la nevera. Se puede intentar congelar pero nunca se volvera a poder consumir. Necesitamos adquirir un nuevo producto si no queremos arriesgarnos a morir intoxicados por el viejo y, para ello, debemos tomar conciencia progresiva de sus cualidades a fin de poder reconocerlo e integrarlas.
Es necesario abandonar el viejo paradigma para permitir que el nuevo ocupe su lugar. Los acontecimientos dramáticos que vivimos tienen relación con el asunto del congelador, comentado anteriormente. Si nos involucramos demasiado en ellos generamos la resistencia al cambio y contribuimos a que sus efectos se prolonguen más tiempo.
Una característica importante de la nueva Era de Acuario corresponde al desarrollo de la individualidad, mientras que la anterior Era de Piscis daba prevalencia a la pertenenecia al grupo. Podemos reconocer en ella, desarrollo de identidades corporativas en todos los aspectos de la vida, sean equipos de fútbol, multinacionales, partidos políticos, religiones o grupos de amigos de los brotes de alfalfa. El ser humano necesita..., necesitaba, la pertenencia a un grupo. La evolución requiere una transición hacia la individualidad previo paso por su necesaria vinculación a los diferentes grupos. La individualidad, para poder desarrollarse, necesita una redefinición de la cosmología existente hacia un todo inclusivo. De esta manera, el indivíduo no necesita pertenecer a un grupo pues toma conciencia de la unidad de todo lo que le rodea y se siente integrado en esta realidad.
Dejemos que esto repose...
No hay comentarios:
Publicar un comentario